A la edad de 81 años, el pasado martes se apagó la llama de la vida de José Manuel Borbón Concha, el llanisco que defendía su parentesco con la Familia Real española. Gran conversador y cantante, persona afable, poeta en la intimidad, compositor y cantero de altura, fueron algunas de sus ocupaciones y aficiones a largo de su vida. Todas ellas las cultivó de manera brillante. Con él se marcha el cabeza de familia de los Borbones de Llanes, cuyo linaje desciende, según aseguraba con absoluta convicción, de un hijo bastardo aunque reconocido que Felipe V, duodécimo duque de Anjou, tuvo con una planchadora.

"¡Suerte, Jabato!", exclamó delante del televisor la mañana del 16 de junio de 2016 en su casa de Poo (Po) cuando, su pariente, Felipe VI, se dirigía por primera vez a la ciudadanía como flamante rey de España.

Los borbones llaniscos, tal y como contaba José Manuel Borbón, llegaron a la villa de Posada Herrera de la mano de su padre, José María, y los siete hermanos de este, procedentes de Soto del Barco, de donde salieron huyendo de un militar que los perseguía. Los documentos que acreditaban el parentesco con la familia real desaparecieron consumidos por las llamas durante un incendio en los convulsos tiempos de la Guerra Civil.

Presumía que, a lo largo de su vida, solo recurrió a sus famosos parientes en una ocasión. Fue en el año 1984 cuando, por carta, contactó con la Casa Real para que le ayudasen con una de sus hijas, la cual tiene ochenta y tres por ciento de invalidez. Entre los papeles, además de buena parte de su obra inédita de poemas, guardaba con cariño la misiva que le envió por aquel entonces Sabino Fernández Campo con el membrete de la Casa Real. Su hija, gracias a aquella gestión, pudo ingresar en el Sanatorio Marítimo de Gijón.

El apellido Borbón queda ahora en Llanes en manos de sus dos hijos varones, José Manuel y Benjamín Borbón, y el hijo de este último, Marcos.