Un "no" rotundo y unánime han dado los ocleros a la propuesta de la Cofradía de Pescadores Santa Ana de Llanes (de la que se desmarcó la de Bustio) para limitar el arranque de algas a la mitad de los campos marinos de la zona. Los ocleros no quieren arranque, "ni mucho, ni poco", y han decidido, "todos a una", luchar para impedir que se autorice esa actividad este verano, tras 29 años de prohibición.

La decisión se adoptó en el transcurso de un a asamblea celebrada en la noche del lunes en la Casa Conceyu de Barru (Llanes). Ni siquiera hizo falta votar: todos los presentes dejaron meridianamente claro desde el primer momento que no quieren arranque en el mar con la ayuda de barcos, al considerar que podría resultar perjudicial para el sector, del que, según aseguran, vive más de un centenar de familias llaniscas.

Los ocleros solo estarían dispuestos a admitir el arranque si la Dirección General de Pesca presenta públicamente estudios socioeconómicos sobre su impacto en la economía de Llanes y medioambientales sobre su incidencia en los campos marinos del concejo.

Los alrededor de 40 ocleros reunidos en Barru acordaron seguir analizando la posibilidad de protagonizar manifestaciones, la primera de ellas en Llanes. Asimismo, decidieron formar una suerte de junta directiva para arropar al presidente del colectivo, Juan Carlos González García, y repartir entre sus integrantes los trabajos y las actuaciones que vayan surgiendo.

Los ocleros seguirán recogiendo firmas contra el arranque (suman ya cerca de 2.000) por el concejo llanisco. Las rúbricas serán entregadas previsiblemente en el Ayuntamiento de Llanes. La petición para que se autorice el arranque fue presentada por las Cofradías de Llanes, Ribadesella y Bustio, y cuenta con los parabienes de Pesca, organismo que ha asegurado que no perjudicará ni a los recolectores de arribazón ni a los campos de ocle, como a su juicio demuestra lo ocurrido en otras zonas de Asturias.