Entre el estallido de los voladores y las notas que salían de la gaita y el tambor que tocaban Santi Galguera y Ángel Rey, partieron del barriu del Collau tres hermosos ramos secundados por un ejército de mujeres ataviadas con el traje de aldeana llanisca. Para alegría de los presentes había llegado el esperado día del Carmen de Celoriu.

El ramu de menor tamaño fue llevado a hombros por Rodrigo Robeldo, Juan Antonio Oves, José Ramón Fonticiella y Carlos Álvarez. La comitiva llegó a la iglesia de San Salvador pasadas las 12.30 horas. Tras los cánticos de aldeanas en el interior del templo arrancó la procesión por las calles de la localidad llanisca. A la cabeza iban la cruz y los ciriales que llevaban los niños Ricardo Sotres Álvarez, Mikel Álvarez Llaca y Javier Blanco Fernández. Tras ellos, cuatro estandartes. Paulino Rubio llevaba el de la tercera orden del Carmen; José Carlos Lledías, el del Corazón de Jesús, y el mexicano Manuel Martínez Pellón, el de San Miguel. El estandarte de la Virgen del Carmen se lo intercambiaron Fernando Fernández Castrillón y Santiago Fernández. Las borlas las cogían Christian Sotres, de 6 años, y Naio Tarno, de 8.

Doscientas aldeanas y un nutrido grupo de porruanos pusieron la nota de color a la celebración. El más pequeño de la fiesta era Diego Carriles Robles, de tan solo tres meses, quien acudió al Carmen en brazos de su tía, Vanesa Carriles. "Esto tiene que mamarlo desde pequeño", dijo, mientras destacaba lo bien que se estaba portando el bebé.

El momento en que la Virgen del Carmen fue colocada mirando al mar mientras los integrantes de la Coral "San Martín", de Sotrondio, cantaban la salve marinera emocionó a buena parte de los presentes.

La misa, oficiada por el sacerdote local, Domingo González, antecedió al festival folclórico, en el que actuó el grupo local de baile, y al que siguieron la subasta de los ramos y la sesión vermú.

El día grande del Carmen de Celoriu se dio por concluido con una verbena.