La puesta a la venta por parte del "banco malo" de La Talá, como suelo rústico, no ha pasado desapercibida para buena parte de los llaniscos y de los visitantes que pasan sus días de vacaciones en el concejo. Las opiniones varían entre los que consideran que en este lugar debe construirse tal y como estaba previsto (la idea era levantar 500 viviendas y un equipamiento comercial) y los que hablan de proteger el terreno e incluso catalogarlo como suelo no urbanizable de costas. La Talá, de 22 hectáreas y símbolo de la especulación inmobiliaria en Llanes, sigue dando que hablar.

El bilbaíno Javier Pérez es ingeniero industrial y experto en medio ambiente. Es visitante habitual de Poo, donde su hermana tiene una casa. Ayer caminaba junto a su perro por la zona. Asegura que, en relación a La Talá, lo ideal es buscar "una compatibilidad entre el desarrollo y la conservación del medio". En su opinión, lo ideal sería dejar que se construyese, con matices, en la parte más cercana a la carretera que une Llanes con Poo, y proteger la parte más cercana a la costa.

"Vería bien que se levantasen casas con unas características típicas de Asturias. Estaría bien crear una zona de ocio ecológico y hacer una especie de camino rural para el paseo entre La Talá y Poo, por la costa", indica Pérez.

Roger Trill conoce la zona desde niño. Veranea en Poo, donde su abuelo tenía una casa. Ayer hacía deporte por la zona de La Talá. "Soy partidario de que se proteja. Por aquí cerca se han hecho muchas cosas que no entiendo. Se debe crecer, pero con cabeza, pues en caso contrario la gente dejará de venir", indica. Sostiene que "no me gustaría entrar en Llanes y ver chalés en La Talá. Es bonito llegar desde Poo y ver una zona verde como esta", manifiesta.

Puri Villar vive en las Malvinas. "En la zona más cercana al mar jamás se construyó y así debe seguir. En la zona de abajo, junto al tanatorio, no me importaría que se construyese con orden, pues ya está parcelada", señala. Esta vecina no es partidaria de que la administración compre La Talá, como han propuesto algunos. "Creo que hay otras prioridades y otras necesidades ahora mismo", asegura.

Por su parte, Hermesindo Rodríguez Vázquez es partidario de que en La Talá se construya de "manera moderada". Dice también que "debería utilizarse como espacio público", pero sin perjudicar tampoco al sector de la construcción. "Mucha gente de Llanes vive de la construcción y se les debe dar una salida. No hay que decir 'no' a todo", indica. No es Rodríguez partidario de que organismos públicos adquieran esta parcela en estos momentos. Otro vecino de la villa que ha preferido mantenerse en el anonimato no duda en asegurar que lo ideal es que La Talá se urbanice al completo, tal y como estaba previsto en pleno "boom" urbanístico. "Se debería acabar lo que se empezó. La Talá es el lugar más adecuado para la expansión de Llanes, pues es imposible hacerlo por la zona de Pancar ni por la Portilla (La Portiella, según la Toponimia oficial). Asegura que "pese a que no se ha construido en la zona como estaba previsto, los pájaros hace tiempo que han empezado a marcharse de allí".

Para Jesús Álvarez la actual situación de La Talá es la adecuada para evitar que se vuelva a especular con estos terrenos. "A nivel medioambiental veo positivo que se recuperen esos terrenos. Por la proximidad al mar puede ser la continuación del paseo de San Pedro hacia el oeste. Todo los que sea recuperar la zona es bueno", dijo. Álvarez cree que no se debe perjudicar a las dos familias que tienen sus viviendas en este lugar.