"¡Nobles jefes astures! ¡Valerosos guerreros! Hasta ahora nunca me había parado a pensar que soy ante todo producto de esta tierra. ¡Soy un hijo de esta tierra! En mi casa siempre se me dijo que éramos una de las principales familias godas, y así se consideraba mi difunto padre Favila y mi tío Veremundo, aquí presente", aseveró con orgullo y rotundidad ayer, Pelayo, en el transcurso de la representación de "Astures: Pelayo, nuestro Rey", desplegada entre "les llastres", rocosas y grisáceas, de El Puentón, al pie de una hoguera, bajo el famoso Monumento Nacional de Cangas de Onís, a la vera del río Salia (Sella), y seguida con enorme interés por cientos de espectadores.

Según recogen arcaicos escritos, Pelayo había sido elegido como jefe o líder de astures y cántabros en la antigua Cánicas, allá por el verano del año 718, a través de una asamblea, y a propuesta de Tarano, jefe del clan astur de Abelania. Todos ellos hostigarían a los invasores musulmanes hasta derrotarles en la batalla de Covadonga, en la cueva de las faldas del monte Auseva, logrando contagiar la rebelión a todo el norte peninsular. Reinó desde el año 722 hasta su fallecimiento en el 737 -historiadores aseguran que recibió sepultura en la iglesia de Santa Eulalia de Abamia (Corao)- en un territorio de libre ocupación, estableciendo su corte en Cangas de Onís.

Veremundo, señor godo de Argandenes; Tarano, jefe de los astures de Abelania; Claudio, potentado romano del valle de Boiges; el Padre Gladila -caracterizado por Fran Rozada, cronista oficial de Parres-, en el papel de sacerdote cristiano; Ermesinda, hermana de Pelayo; Gaudiosa -a cargo de la canguesa Bertina G. Prieto-, nieta de Tarano; Tioda, soldado a las órdenes de Pelayo, y el propio caudillo -interpretado por el actor Javier Uriarte Pinilla-, fueron los personajes de la puesta en escena en los alrededores del puente "romano", con guión de Álvaro Solano Fernandez-Sordo, quien ejerce de profesor del Área de Historia Medieval del Departamento de Historia de la Universidad de Oviedo.

Al mediodía de ayer, domingo, bajo reluciente y soleada jornada, un espectacular desfile "paralizó" la ciudad canguesa por momentos, pues centenar y medio de figurantes recorrieron, incluso cuatro de ellos montados a caballo, la principal arteria de la urbe en dirección al robledal de San Antonio. La larga comitiva, encabezada por las autoridades, así como la Banda de Gaitas "Ciudad de Cangas de Onís" y la Asociación Folklórica "Picos de Europa", asistió a los combates de guerreros astures, previos a la proclamación de Pelayo.

El próximo año 718 se cumplirán trece siglos de la primera sede del Reino de Asturias: en Cangas de Onís. Y es que, este primer domingo de septiembre, con un caudaloso y turbio río Salia -debido a las persistentes lluvias registradas en las últimas horas, lo que obligó a aplazar la representación, programada para la noche del sábado- el "¡Viva Pelayo, nuestro jefe!", atronó con fuerza, premiado con cerradas ovaciones en la vetusta capital del Reino de Asturias.