La alcaldesa de Ribadesella, Charo Fernández Román, de Foro Asturias, apuesta por arreglar el actual puente sobre la ría del Sella en lugar de construir uno nuevo, la línea en la que su equipo está trabajando con el Ministerio de Fomento. En el ámbito político municipal llevan años debatiéndose estas dos soluciones para paliar el problema de seguridad que sufren peatones y ciclistas, sobre todo, así como los posibles riesgos derivados del deterioro que sufre la infraestructura.

La opinión de la regidora es también la recogida por el equipo redactor en el Plan General de Ordenación (PGO), cuya segunda fase de exposición pública se extenderá hasta el 23 de octubre.

"Es en lo que estamos trabajando. Podemos poner que queremos hacer el puente de Brooklyn, pero hay que ser realistas, jugamos con pólvora ajena", explica la regidora, para quien las inversiones recogidas en este documento han de ser "realizables, factibles. Ahora mismo, al menos, no podemos aspirar a algo más". Añade la Alcaldesa que "si alguna infraestructura se quisiera hacer en Ribadesella se puede hacer igual, esté o no en el plan".

El arreglo de la actual infraestructura pasaría por la "ampliación del tablero para dar solución a peatones y ciclistas". El equipo redactor también cree que, aunque se habla desde hace años de un nuevo puente, resulta más oportuno ensanchar el tablero del actual, "mejorando su capacidad peatonal y como soporte de servicios y en el marco de la reordenación de los usos portuarios".

Los redactores no explican el porqué de ese consejo, aunque todo apunta a la abismal diferencia en el coste de ambas alternativas y a la ausencia de compromisos para su financiación por parte del Estado y del Principado. Construir un nuevo puente sobre el Sella implicaría una descomunal inversión económica, pues requeriría actuaciones como, por ejemplo, cimentar la nueva infraestructura sobre la ría.

Solo la tramitación ambiental sería extremadamente compleja, pues en esa zona confluyen competencias municipales, autonómicas (Urbanismo, Medio Ambiente y Puertos) y estatales (Carreteras, Costas y Confederación Hidrográfica).

La solución de ampliar el actual tablero resultaría mucho más barata, y su tramitación, sensiblemente más sencilla. El principal problema para ampliar el puente, inaugurado en 1940 y por el que discurre la carretera N-632, es que está afectado por aluminosis o "fiebre del hormigón", por lo que se impondría acometer trabajos de saneamiento y de restauración como paso previo a su ensanche.

No habrá puente en Lloviu

Fernández Román tampoco ve la viabilidad de construir un nuevo puente sobre el Sella entre Lloviu y L'Alisal. "Creo que si este puente -el actual- se arreglara, Ribadesella no necesitaría más", apuntó sobre este asunto.

Este proyecto se trató en uno de los 33 informes sectoriales que se realizaron sobre el primer documento de aprobación inicial del PGO. La Dirección General de Infraestructuras de la Consejería de Fomento, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente advirtió en uno de ellos que propuestas como la del nuevo puente en Lloviu no suponían "ningún grado de compromiso" para la administración autonómica, advirtiendo de que no se dedicarían fondos a ello.

Esto llevó al equipo redactor a renunciar a esta nueva infraestructura, ideada para habilitar un nueva entrada a Ribadesella y evitar los frecuentes colapsos que se registran en los accesos a la villa, sobre todo en épocas vacacionales. Pese a esta renuncia, el Plan General de Ordenación mantiene la mejora de la carretera local RS-2, de Ribadesella a L'Alisal, con la idea de que en el futuro, si la coyuntura económica cambia, pueda afrontarse esa infraestructura.

Según la propuesta realizada hace dos años por el equipo redactor, el puente de Lloviu costaría cinco millones de euros, de los cuales el Ayuntamiento aportaría 500.000 euros, el Principado, 2,5 millones, y el Estado, los dos millones restantes.