Playas tranquilas, con pocos incidentes graves y una mayoritaria presencia de las banderas amarilla y roja. Así ha sido el verano en los arenales de Ribadesella (Santa Marina, Vega y La Atalaya), que recibieron durante la temporada de baños con servicio de socorrismo a 90.000 personas, el 68 por ciento la primera y el 32 por ciento, la segunda.

Así se desprende de la memoria elaborada por la adjudicataria del servicio, Gesprin, en la que se estima un descenso de usuarios en las playas del 40 por ciento debido al mal tiempo. Los efectivos de salvamento contabilizaron un total de 496 incidencias. El 47 por ciento se dieron en julio, el 43 por ciento, en agosto, y el resto, entre junio y septiembre. Del total de intervenciones, sólo 3,83 fueron graves, incluyendo en este apartado rescates con socorrista, rescates con embarcación y traslados en ambulancia a los hospitales de referencia. Lo más frecuente en los arenales riosellanos fueron las lesiones por animales marinos (58 por ciento), que en la inmensa mayoría de los casos fueron picaduras de pez escorpión. Los animales terrestres, por su parte, causaron un tres por ciento de las intervenciones, y las heridas y contusiones un 32 por ciento. Mientras que Santa Marina registró el mayor número de incidencias, el 68 por ciento de las de riesgo vital se dieron en Vega, por las propias características de la playa.

El verano ha sido mayormente nublado en la costa riosellana, pero la temperatura exterior se ha mantenido con una media de 22 grados, mientras que la del agua estuvo por encima de los 19, incluso al final de la temporada. Ambos arenales tuvieron bandera amarilla más de un 50 por ciento de los días, y en otro 20 por ciento ondeó la bandera roja.