Mientras se espera a que el Ayuntamiento de Llanes haga públicas las conclusiones de la comisión que investiga el funcionamiento de la Policía Local de Llanes puesta en marcha por el gobierno cuatripartito la pasada primavera (tan solo participaron en la misma cuatro de las 30 personas invitadas), continúa la tensión en el seno del cuerpo armado. La Unión de Sindicatos Independientes del Principado de Asturias (USIPA) culpa al inspector jefe de las múltiples deficiencias que, a su juicio, se vienen produciendo en el funcionamiento del cuerpo armado, extremo que la dirección niega.

El último encontronazo tiene que ver con la puesta en funcionamiento de un coche cedido por la Dirección General de Tráfico equipado con un cinemómetro (radar) y equipos de etilometría para controles preventivos.

"Son tan solo unos agentes, curiosamente los más veteranos, los que se niegan a hacer los controles", señalaron ayer fuentes de la Policía Local. USIPA defiende que antes de la realización de estos controles deberían promoverse entre los policias cursos técnico-prácticos para el manejo de los aparatos. Dice también que en Llanes este tipo de equipos no se usan desde hace quince años.

Voces cercanas de la dirección de la Policía Local sostienen que el funcionamiento de los aparatos cedidos por la DGT no requiere curso de formación alguno y señalan que, por ejemplo, el etilómetro digital cedido, es un aparato "intuitivo" que marca las instrucciones de funcionamiento en la pantalla una vez se enciende.

Sostienen, asismismo, que los citados cursos de formación se llevan a cabo en la Escuela de Seguridad Pública de La Morgal y que deben ser los agentes quienes se apunten a ellos de manera voluntaria. "Ni el Alcalde ni el jefe de servicio tienen capacidad para obligar a un agente a acudir a un curso de formación".

"El coche de la DGT se recepcionó el 20 de septiembre siendo utilizados los etilómetros, por ejemplo, en un accidente que tuvo lugar el 23 de septiembre en Posada", manifiestan portavoces de la Policía Local.