Tres casualidades en menos de un mes (la última ocurrida el pasado martes) que, achacadas única y exclusivamente a un aparente despiste, según fuentes de la Guardia Civil, pudieron terminar en tragedia. La rápida intervención de los agentes de la Benemérita en los tres casos de dos conductores interceptados circulando en sentido contrario por la autovía del Cantábrico a su paso por Llanes entre la rotonda de Piñeres de Pría y la de Celoriu fue clave para evitar un accidente. Ayer las preguntas entre los ciudadanos se centraban en intentar buscar una explicación en relación a lo ocurrido y a sí se puede achacar únicamente a la casualidad.

Tanto la rotonda de Piñeres de Pría como la de Naves, donde los dos kamikazes entraron a la autovía para circular por ella en sentido contrario, están perfectamente señalizadas. Demarcación de Carreteras no se plantea revisar la seguridad en la zona ni el Ayuntamiento de Llanes pedirá un mayor refuerzo informativo al considerar que los indicadores son perfectamente visibles para los conductores.

El hombre de 35 años y vecino de Ponga cuyas iniciales son V.M.T.R., además de entrar a la autovía por el carril de deceleración para los coches que circulan en dirección a Santander durante la tarde del martes, se hizo a la carretera en un cuadriciclo, un vehículo que, por normativa, no puede circular ni por una vía rápida ni por una autovía. Éste, para entrar a la Transcantábrica y conducir a contramano en sentido Oviedo entre la rotonda de Naves y la de Nueva durante 5,4 kilómetros, se saltó una raya continua y hasta tres señales de dirección prohibida ubicadas en el carril de deceleración que, el pasado martes, utilizó como de aceleración.

Tras dar negativo en los controles de alcohol y drogas la Guardia Civil de tráfico le tomó declaración en las dependencias de Ribadesella. Se le investiga por un delito contra la seguridad vial por lo ocurrido y deberá afrontar una sanción administrativa por conducir con un vehículo de pequeña cilindrada por una autovía.

El caso del italiano C. M. interceptado los pasados días 7 y 14 de febrero conduciendo en dirección a Llanes por el carril que utilizan los coches que van a Oviedo tampoco tiene explicación aparente más allá del despiste del conductor de setenta y dos años y de su aparentemente delicado estado de salud. Testigos presenciales aseguraron que estaba lento de reflejos en el momento en que las fuerzas del orden le pararon en tan peligrosa maniobra. Tampoco dio positivo en la prueba de alcoholemia ni en la de drogas. C. M., nacido en Sicilia, condujo a contramano durante 12 kilómetros entre la rotonda de Nueva y la de Balmori el día 7, y entre la de Nueva y la de Naves, separadas por 5,4 kilómetros, el 14 de febrero. Las dos veces entró a la autovía por el nudo de Piñeres de Pría tras saltarse tres señales de dirección prohibida.

El septuagenario, que asumió por estos dos actos que pudieron terminar en tragedia una condena 16 meses de cárcel así como la retirada del permiso de conducir durante treinta y dos meses, se desplazaba a Posada de Llanes para ver a su esposa, la cual vive en una residencia privada ubicada en la localidad de llanisca mientras que él lo hace en un asilo situado a la entrada de Ribadesella.

"Aparentemente no deja de ser una casualidad, pues las señales son claras", aseguró ayer por la mañana un vecino de Llanes, el cual transita a diario varias veces por este lugar por cuestiones laborales. "No están mal señalizadas ni las entradas ni las salidas. Quizás se confiaron" dijo. El edil de zona del Ayuntamiento de Llanes donde están ambos enlaces, Javier Ardines (IU), aseguró que el Consistorio descarta pedir un refuerzo de la señalización a Carreteras. "Hace poco cambiaron los indicadores tanto en Naves como en Piñeres, sustituyéndose las señales de dirección prohibida que había por otras de mayor tamaño y con fondo reflectante. En ese sentido estamos tranquilos", apuntó.