Operarios del Ayuntamiento de Parres trabajaron ayer desde primera hora en la retirada de un argayo que el martes provocó la rotura de la tubería de agua que abastece al pueblo de Llerandi.

El desprendimiento de tierra, árboles, piedras y lodo llegó hasta los afluentes del Sella, tiñiendo el río de un intenso color marrón, lo que generó alarma entre la población.

No obstante, el alcalde de Parres, el socialista Emilio Manuel García Longo, hizo ayer un llamamiento a la calma y aseguró que la avería no generó problemas de abastecimiento en Llerandi gracias a que quedaba agua en el depósito. Tampoco se han visto afectados localidades cercanas como Tospe, Granda y Arenes.

La obra para reparar la conducción de agua está resultando muy complicada por la inestabilidad del terreno, ya que la ladera sigue desprendiéndose. Por eso el regidor parragués no se atrevió a dar plazos sobre la conclusión de los trabajos de limpieza y reposición de la tubería, donde los trabajadores municipales, en todo caso, se encuentran trabajando a contra reloj.