Monjes, zapateros y hasta parte del séquito del mismísimo Carlos V. Todos estos personajes se dieron cita ayer en la localidad ribadedense de Pimiango para acompañar a sus representantes en el día de la oficialización de su candidatura para ser "Pueblo ejemplar de Asturias" de 2018.

Los asistentes fueron recibidos por dos monjes que les guiaron hasta la capilla de San Emeterio, donde hablaron de la importancia ambiental del lugar gracias a sus encinas y de la famosa cueva de "El Pindal", patrimonio de la humanidad.

De camino, se encontraron con dos miembros perdidos del séquito de Carlos V, en alusión a la visita del monarca al concejo. Además, también participaron en esta presentación dos zapateros, uno de los símbolos del pueblo, ya que antiguamente muchos habitantes de Pimiango hacían de la creación de zapatos su profesión, llegando incluso a recorrer parte de la geografía española realizando su trabajo y desarrollando una jerga propia. Tal es su tradición zapatera, que los habitantes de esta localidad reciben el nombre de mansolea, que viene precisamente de esta profesión.

Con todos estos elementos en escena, el alcalde del concejo, Jesús Bordás, confía en que Pimiango pueda llevarse el ansiado galardón, ya que "lo tiene todo, riqueza cultural, histórica, paisajística y social". De hecho, desde el Ayuntamiento se quiere potenciar el patrimonio de Pimiango, por lo que está tramitando los expedientes para que las ruinas de Santa María de Tina sean "Bien de Interés Cultural".