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Un café, un susurro y un wasap lo cambiaron todo

Ana Taboada y los concejales de Somos decidieron en una cafetería apoyar a Wenceslao López media hora antes del acto

Agustín Iglesias Caunedo saluda a Wenceslao López en el salón de Plenos. LUISMA MURIAS

A las seis y cuarto de la tarde de ayer, tres cuartos de hora antes del inicio del acto de investidura, Wenceslao López le dijo a sus concejales que iba a presentar su candidatura como le ordenaba la FSA, y que ellos eran libres de hacer lo que quisieran. A esa hora, IU tenía decidido apoyar a Taboada, líder de Somos, que llegaba a la plaza del Ayuntamiento con las cosas claras: "Nosotros llegamos ayer (por el viernes) a un acuerdo programático y eso es lo que vale". Ese panorama daba a Caunedo "vía libre" para ser reelegido. Había pocas dudas y así se observaba en las caras de los populares, risueñas, aliviadas y optimistas. Nadie contaba con el café que lo cambió todo.

A las 18.30, mientras Oviedo se recuperaba de la tormenta de agua caída minutos antes y los primeros silbatos comenzaban a sonar en la plaza, Ana Taboada entraba en una cafetería cercana al consistorio acompañada de los otros cinco concejales de Somos. Pidieron cafés y aguas. Tenían media hora para decidir qué hacer: o mantener su postura, o apoyar a Wenceslao López. Sabía que había concejales del PSOE dispuestos a desobedecer a la FSA y votarla. Pero no todos. No le valía.

Al principio, Taboada dijo que no, que el grupo debía mantener su postura, presentar candidatura y esperar "un milagro". Pero luego se "estableció un diálogo" que acabó por modificar esa decisión. Apoyarían a Wenceslao López para enviar a Caunedo a la oposición. Eran las 18.45 horas y había que ir hacia el Ayuntamiento.

Los concejales de Somos fueron los últimos en llegar al salón de Plenos del Ayuntamiento. Nada más entrar, Taboada se encontró con Wenceslao López, le saludó y le susurró algo al oído. Ese susurro también lo cambió todo.

-"Vamos a apoyarte", le confirmó Taboada.

-"Pero si no tengo discurso de investidura", le respondió López, sorprendido.

De camino a su butaca en el pleno, con todas las cámaras enfocándole, Taboada se cruzó con Cristina Pontón, número dos de IU. Y se lo anunció. Ella se lo dijo a Roberto Sánchez Ramos, ya sentado en su sitio. "Rivi" cogió un bolígrafo, cambió el nombre de Wenceslao por el de Ana en su discurso, y le mandó un wasap a Alejandro Suárez, coordinador de la coalición, presente en la sala, confirmándole que cambiaban su voto. Taboada también se lo dijo a Diego Valiño, concejal del PSOE, que se lo trasladó a sus compañeros con gestos en la mesa.

El acto ya había empezado, pero el cambio ya lo sabían quienes lo tenían que saber. "Rivi" fue el primero en intervenir. "Votaremos al compañero Wenceslao López", dijo. La sala suspiró. "¿Se habrá confundido?", se escuchó. Luego llegó Taboada y dijo que presentaría candidatura. "Falsa alarma, lo tiene el PP", dijo un invitado. No era falsa. El café, el susurro y el wasap lo habían cambiado todo.

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