Daniel Puente Berdasco (Oviedo, 1987) es capaz de saber si un logotipo triunfará analizando los movimientos del rostro de los usuarios. Lo hace con un software de reconocimiento facial, uno de los equipos que tiene en su empresa asturiana de "neurodiseño" que está al servicio de compañías o emprendedores. Entre análisis de emociones y de mercados, saca tiempo para organizar el congreso "Design & You": Una cita con los profesionales del diseño que se celebra hasta mañana en el edificio Pavo Real (la antigua Escuela de Hostelería) del Campo San Francisco.
-¿Qué es el "neurodiseño"?
-Es poner la Ciencia al servicio del diseño. Podemos medir las emociones para aplicarlas después a un exitoso diseño.
-Parece ciencia ficción.
-Pero es posible. De hecho ya se estaba aplicando al marketing. Mi empresa, "Emotional Factor Neurodesign", recibe diversos encargos, Por ejemplo, comprobamos si el diseño de una app para restaurantes resultaba atractiva o no. En una encuesta al uso la gente optaba por una creación de color neutro, pero al medir sus reacciones emocionales vimos que preferían la aplicación con un fondo de color rojo.
-¿Y por cuál debe optar la empresa al lanzar el producto?
-La primera impresión es fundamental y sin duda sirve para captar clientes. Es algo intuitivo. Las personas tienden a racionalizar y pensar que el rojo es agresivo, pero en el fondo les gusta.
-¿Usted es un asesor empresarial del siglo XXI?
-Puede ser. Un diseño puede catapultar al estrellato a una empresa o hundir sus resultados. Hay que hacer bien las cosas desde el principio. Basta con mirar las estadísticas: el setenta por ciento de los productos que salen al mercado fracasan.
-Los diseños que funcionan, ¿mejor no tocarlos?
-Está claro que hay creaciones muy buenas. No hay más que ver el exprimidor Citromatic, de Braun. Lo hizo el diseñador alemán, Dieter Rams, y es un producto que sigue funcionando y no pasa de moda.
-¿Hay algún diseño que le horrorice?
-Por supuesto. Muchos, pero prefiero guardarme la opinión.
