"Al principio pensamos que eran jabalíes, pero luego, mirando bien las fotos que sacamos con el móvil, nos dimos cuenta de que son cerdos. Y parecen vietnamitas". Los vecinos del entorno de la calle Josefina Argüelles, en La Corredoria, vieron un par de puercos el viernes por la mañana al subir la persiana. Estaban revolcándose en el césped recién cortado que hay junto a un parque infantil, que "afortunadamente estaba vacío porque era muy temprano". Lo cuentan abiertamente, pero sin dar su nombre.
La mayoría achaca la presencia de los animales al poblado chabolista que hay a pocos metros y que en los últimos meses ha ido en aumento. Al menos una docena de familias malvive entre la carretera y las vías del tren, en el límite con Lugones, y alguna tiene huertos, caballos y hasta ganado porcino. "Los que vimos en el parque parecen hembras y tienen toda la pinta de estar preñadas", añaden los vecinos, que no es la primera vez que ven a "los marranos de paseo".
Por el momento, nadie ha avisado a la Policía Local o al Seprona para advertir de los avistamientos porcinos porque "la policía sabe de sobra lo que pasa aquí".
Algo parecido sucede en Olivares, en el Alto de Buenavista. Allí los vecinos también están acostumbrados a ver cerdos, pero salvajes. La última vez fue hace diez días, cuando descubrieron tierra removida junto a un parque público de juegos infantiles. Estos ovetenses creen que los jabalíes salen del bosque 'El Casarín', que está entre Las Campas y Olivares, y entran en la zona urbana. También defiende esta teoría el portavoz de la asociación de vecinos de Olivares, Joaquín Salas, que para demostrar su tesis argumenta que "no hace falta más que ver las zonas por las que antes se movían y por las que ahora aparecen". Otros dicen que la proliferación de estos animales se debe a que se acercan a los humanos en busca de comida y que incluso puede que haya raíces comestibles cerca del parque de juegos.
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