Los niños de Oviedo comenzaron ayer a celebrar la fiesta de Halloween con distintas actividades en los colegios y también en la calle. Calabazas, esqueletos, fantasmas, sombreros puntiagudos de malvadas brujas y novias terroríficas llenaron las aulas, y ya por la tarde la plaza del Fontán, donde por primera vez los comerciantes organizaron actividades infantiles inspiradas en la fiesta anglosajona.
En el colegio Poeta Ángel González de La Corredoria los niños se encargaron de decorar las aulas con fantasmas y arañas gigantes y los padres de los disfraces. Una bruja vestida de naranja -en realidad una madre- persiguió a los pequeños por el patio; aunque al final terminó siendo ella la perseguida. También se volcaron con las actividades de Halloween los padres del colegio Dolores Medios, que organizaron una fiesta por la tarde. Incluso montaron un bar al que bautizaron "El bareto del esqueleto", donde se servían palomitas embrujadas, limonada ensangrentada y salchichas apuñaladas. Todo muy propio. Los padres estaban muy ilusionados con la fiesta y los niños aún más.
También fueron a clase disfrazados de personajes terroríficos los estudiantes del colegio Auseva, en Ciudad Naranco. Por la tarde hicieron un receso y salieron al patio para comentar sus atuendos y llevarse algún susto.
En la calle también armaron la fiesta de Halloween. La Asociación de Comercio Oviedo Antiguo lanzó una invitación a los niños de la ciudad que no cayó en saco roto. La plaza del Fontán se llenó por la tarde de decenas de chiquillos disfrazados. Allí se encargaron de mejorar el atuendo con una buena capa de maquillaje maléfico. Una vez contemplado en el disfraz, los pequeños recorrieron los comercios de la zona repitiendo aquello de "truco o trato" y consiguieron llenar los bolsillos de caramelos y chucherías.
