La apertura del puente de La Florida depende de que el Ayuntamiento alcance un acuerdo con la constructora adjudicataria de las obras (Assignia Infraestructuras) sobre el precio de habilitar plazas de aparcamiento bajo la pasarela en lugar de hacer un estanque, tal como estaba previsto inicialmente. Es decir, que la instalación de un parking supone modificar el proyecto original -que se cerró en casi cinco millones de euros- y pagar un extra por el cambio. Para el Ayuntamiento esta obra ronda los 140.000 euros, pero para la empresa vale 190.000, lo que significa que una discrepancia de 50.000 euros está retrasando nuevamente la inauguración del vial que une el barrio de La Florida con el Parque del Oeste, con catorce meses de demora.
Fuentes municipales aseguran que será fácil llegar a un acuerdo, pero que en caso de que no sea así, siempre se podrá adjudicar la puesta en marcha del aparcamiento a otra empresa, previo proceso de licitación.
La idea de prescindir del estanque partió de los vecinos del entorno, que cansados de dar vueltas con el coche en busca de un hueco para estacionar, solicitaron al anterior equipo de gobierno -liderado por Agustín Iglesias Caunedo (PP)- poner allí un parking. Con la llegada del tripartito al Ayuntamiento, la propuesta se mantuvo. De hecho, la concejal de Infraestructuras, Ana Rivas (PSOE), aplaudió la iniciativa y le dio luz verde. Según la edil, la única traba que impide abrir el puente es de tipo administrativo y cree que será posible inaugurarlo antes de que acabe el año. "Quisimos recepcionar la obra de forma parcial, es decir, abrir el puente antes de hacer el nuevo aparcamiento que irá debajo, pero legalmente no se puede hacer. Así que tuvimos que modificar el proyecto y volver a esperar".
Además, Rivas aclara que la inundación de la rotonda de la pasarela, denunciada por los vecinos hace diez días, "no es tal cosa porque el agua se acumuló en un recinto que también está previsto que sea un estanque, pero en la parte superior de la pasarela". La Junta de Gobierno municipal adjudicó el puente el 5 de abril de 2013 a Assignia Infraestructuras por 4,4 millones de euros, lo que supuso una notable rebaja sobre el precio de salida, que rondaba los 6 millones. La obra comenzó un mes después con el derribo de dos viviendas abandonadas en la calle José María Martínez Cachero y Fuente de la Plata, y con un plazo de ejecución de 15 meses. Es decir, que el puente debía haberse acabado en agosto de 2014.
Su función no sólo es unir dos barrios, sino descongestionar el tráfico que desemboca en la rotonda de Alejandro Casona y desviar al que quiera tomar la vieja carretera a Galicia a través de Olivares.
