La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Cronista oficial de Las Regueras

Tiempo de castañas

Tiempo de castañas

El otoño es tiempo de castañas. Es el mejor momento para caminar por los bosques, pisando las húmedas hojas marrones, con ese olor dulzón mezcla de frutos y musgo, sobre todo, si se tiene la suerte de tener un castañeo y poder recoger sus frutos.

En el concejo de Les Regueres andan estos días ajetreados en la recolección de tan rico manjar, que aquí se hace más dulce todavía, pues abunda la reina de las castañas, la valduna. Se preparan para llevar lo mejor de la cosecha al Certamen de la castaña valduna.

Esta variedad de castaña, llamada también chamberga, se cosechaba especialmente en la parroquia de Valduno, de ahí le viene el nombre. En el diccionario de Sebastián Miñano, publicado entre los años 1826-1830, el párroco informante de esta parroquia describe sus cualidades: "entre las mencionadas producciones son exquisitas y hacen memorable al concejo las castañas llamadas baldunas chambergas o rojinas, esta clase es distinta de las otras y superior a todas, tiene un gusto delicado con mucha más parte azucarada y farinácea, y es de un color rojo claro más vistoso y fino; son mucho más esféricas y henchidas, tanto que parece imposible que su delicada cáscara pueda contener y encerrar tanta carne. Y se calcula la producción de castañas en todo el concejo en 2.000 fanegas (112.000 kg.), destacando Valduno con 600 fanegas".

En el Catastro de Ensenada (1752) se declara "tierra plantada de castaños mil ciento y nuebe días de bueyes, cerca de 140 hectáreas".

Aparte de la variedad valduna también se cosechan otras como crespa y ordaliega. Las ordaliegas caen desgranadas, a éstas que caen solas se les llama cañuelas.

La recogida de castañas ha variado mucho, antes era una tarea realizada por todos los miembros de la familia e incluso con los vecinos de andecha. Lo primero que se hacía era sacudir las castañales, variar, con un palo largo llamado pértiga. Esto lo realizaban los paisanos, mientras las mujeres recogían los aricios con morgaces, una especie de pinza flexible de madera. Una vez recogidos todos los aricios se cargaban en el carro y se traían junto a casa, buscando una zona ligeramente pendiente, para que escurriese el agua y no pudriesen las castañas de abajo. Se colocaban en un montón llamado corra, quedando a una altura aproximada de medio metro. Cuando los aricios se ponían marrones ya se podía esbillar, abrirlos con les morgaces. Las castañas mejores iban a un cesto y las peores o billecas a otro.

Los que no tenían castañeo podían ir a coger las que habían quedado después de la recogida por los dueños. A esto se llamaba ir al soviento.

Las castañas reciben distintos nombres según la forma de prepararlas. Si se cuecen con piel, quitándoles sólo la parte de arriba, se llaman corbatas. Si se cuecen peladas, pulguinas. Las mayuques son las que se dejan secar.

La castaña valduna se reproduce por injerto en el menguante de abril; para ello se hace una pequeña incisión entre la corteza y el tronco en la que se introducen 4 o 5 garfios (pequeños esquejes con yemas).

A quien se le haya abierto el apetito, y las ganas de probarlas y adquirirlas, solo tiene que venir al XVI Certamen de la castaña valduna, que se celebra en Santullano los días 7 y 8 de noviembre. Y si desean algo más elaborado pueden quedarse a comer en los restaurantes del concejo que preparan para la ocasión pote de castañes y exquisitos postres con este sabroso fruto.

Nací en la barriga mi madre,

parióme mi güela

cola llana pa dientru

y la piel pa fuera.

Compartir el artículo

stats