"¡Que la tiren a Casa Dios!" Y frunce el ceño. Y hace un aspaviento. El escultor Modesto Fernández ya venía cruzado a la entrevista y cuando cuenta su historia de la desaparición de la Reina Letizia acaba por estallar. Así que hay algunos tacos que se han suprimido en este texto, pero que el lector podrá añadir mentalmente al gusto. Su historia no es, en puridad, la de la desaparición de Letizia Ortiz, sino la del extravío de un busto que este artista de Carabanzo (Pola de Lena) hizo en 2011 de la Reina. Fue por encargo de Gabino de Lorenzo, entonces alcalde de Oviedo. El busto ahora está guardado en un almacén. Cosa que a Modesto lo pone del hígado. "¡Mira, que la fundan de una vez!"
El busto que ahora debería estar en dependencias municipales -supone su autor- costó 15.000 euros del erario público y le fue encargado por Gabino de Lorenzo con la promesa de que la imagen en bronce de la por entonces Princesa Letizia se colocaría en el palacio de congresos diseñado por Santiago Calatrava. El busto venía a cuento porque, en aquella época, el proyecto del Ayuntamiento de Oviedo era poner el nombre de la esposa del actual rey al gran edificio que se levantaba en el barrio de Buenavista.
Iba a ser el segundo busto que Modesto colocaría a la vista de todos los ovetenses. Ya tenía uno el actual monarca en el Auditorio Príncipe Felipe. En 1999, el arquitecto que diseñó la instalación, Rafael Beca, recomendó a Modesto que enviase al Ayuntamiento una réplica de la efigie en bronce de Felipe de Borbón. No se lo compraron. Hasta que un día, Úrculo lo vio encima de una mesa del Ayuntamiento y comentó a De Lorenzo que le gustaba aquella obra. Dicho y hecho, aquel príncipe se colocó en el Auditorio.
Modesto ya había fundido a uno de los integrantes de la pareja real, así que cuando llegó el Calatrava pensaron en él para el busto de Letizia Ortiz. Lo hizo. Según el artista, aquella no era una buena época para él. Había tenido problemas de salud. "Me había dado un poco de infarto y no estaba para trabajar". Resultado: la obra no salió todo lo bien que a él le hubiera gustado. Aún así, lo entregó y acabaron pagándoselo. Desde entonces, y ya van más de cinco años, sigue sin noticias de su Letizia. No sabe ni dónde está ni si algún día se va a exponer públicamente. Sentencia que si el actual equipo de gobierno municipal no quiere saber nada de la efigie de la Reina, lo mejor que pueden hacer es destruirla. Eso sí, si quieren exponerla, Modesto se brinda a fundirla y hacerla de nuevo. Gratis.
Esta reconstrucción de la Letizia Ortiz de bronce resulta necesaria, explica este artista, no sólo para rectificar un trabajo que él mismo juzga deficiente sino también para "actualizar" los rasgos de la Reina, que al ser de carne y hueso han ido modificándose en los últimos años por mor de algunas intervenciones de cirugía estética. "Le cambió la nariz y hay que actualizarla", asegura. Al punto, Modesto se ofrece a volver a hacer el busto. "Lo que no puede ser es que me la dejen en el almacén. Yo almacenada no la quiero. ¡Coño, que llevo 40 años en el mundo del arte!".
Le vuelve el cabreo. Le vuelve porque estuvo reuniéndose con los actuales responsables municipales. Asegura que mantuvo un encuentro con Rubén Rosón, concejal de Economía. Resultado: "Me tomó el pelo". Luego, añade, se puso en contacto con el edil de Cultura, Roberto Sánchez Ramos, Rivi. "Llamé a Rivi, que resulta que antes les comía el c... y ahora no quiere ni oír hablar de la monarquía". Modesto entiende que "a esta gente del tripartito, la realeza como que no, prefieren hace el perru esi (escultura de Rufo). Pero el busto de Letizia se pagó con dinero de todos, es patrimonio de todos, no es suyo". Quiere que le digan algo del paradero de la Letizia Ortiz de bronce. Ya está bien. "Mira. Yo soy de izquierdas y estos tipos tienen de izquierdas bien poco".
