Los actuales responsables de la perrera municipal, que llevan 22 años al frente del servicio, aseguraron ayer que en la instalación de La Bolgachina sí existe libro de registro de entrada de gatos, en contra de lo que ellos mismos habían asegurado días antes. El libro, al que pudo acceder ayer LA NUEVA ESPAÑA, tiene la portada plastificada, está escrito a mano y en él se apuntan la fecha de cada gato y distintas características como el sexo, la edad, la raza, el color, el tamaño o el estado físico.
Los responsables del albergue explicaron que "habían mentido" al a concejala y a las animalistas, a las que dijeron que no existía registro para gatos, para "proteger" a los animales. "Hace años que las engañamos (a las animalistas) porque sino lo piden, reclaman a un gato, se lo llevan y lo vuelven a dejar en el mismo sitio donde lo recogimos", señaló uno de los actuales gestores, que admite que entre ellos y las protectoras animalistas existe "una animadversion mutua". Los responsables actuales del servicio, que cambiará de manos en noviembre, presentó ayer a este diario varios informes veterinarios correspondientes a eutanasias, aunque algunos de ellos no tenían la firma del veterinario.
Los gestores, que denunciaron que el miércoles murieron cuatro animales en la perrera (dos perros por enfermedad y dos gatos por eutanasia) también disponen de los distintos informes que les hacía llegar periódicamente la funcionaria del servicio en los que se les pedía que "es preciso bajar la población" del albergue "hasta llegar a la capacidad ideal" para que los animales "vivan en condiciones dignas".
