Con la voz de Luisa Rocha arranca hoy, a las ocho y media de la tarde y en el Filarmónica, el Ciclo Noches de Fado "Divas", que ya va por su séptima edición. Rocha presentó su primer disco, "Una noche de amor", hace cuatro años y ahora defiende en los escenarios su nuevo trabajo, "Fado veneno". De él y del futuro del fado, que ella representa, habla en esta entrevista con LA NUEVA ESPAÑA.
-Dicen que ya desde niña quería cantar fado. ¿Cuál fue su primer contacto con ese género?
-Mi memoria alcanza hasta los cinco años. Incluso sin entender gran parte de los poemas, éstos tenían para mí una magia melódica que me ataba. Mi madre decía que era una niña muy inquieta y me recetaron fado como medicina para que sentara la cabeza. Cantaba cada vez que podía y nunca tuve ninguna duda de que quería ser cantante. Con casi once años empecé a ir a cantar fado a concursos, comunidades artísticas y recreativas y entré en contacto con grandes músicos, poetas, compositores y otros cantantes de los que recibí enseñanzas que guardo con amor
-Va por su segundo disco y los críticos dicen que ahora es una cantante "más madura, más sabia y más intensa". ¿Está de acuerdo?
-El fado es un género musical que cuanto más se vive mejor se canta. La madurez y la experiencia nos hacen crecer como personas y esto se refleja en la intensidad y profundidad con las que damos voz a las palabras que interpretamos. Este último disco es un reflejo de mi personalidad, todos los poemas son originales y escritos para mí, es esa comunión entre los poemas y las canciones que conducen al compromiso de entregar mi alma en cada canción.
-¿Fado veneno? ¿Por qué veneno?
-"Fado Veneno" surge de la letra escrita por José Carlos Malato. Esta letra tiene una característica muy rara y muy interesante. Cuando cantamos al amor o a la falta de amor, casi siempre hay una tendencia a culpar a la pareja. Aquí hay una mujer llena de carácter, capaz de admitir que su amor no es compatible con la otra persona y de explicar claramente que su separación, en la dosis correcta, es una medicina, y en la dosis equivocada puede ser un veneno.
-¿Todos los fados son tristes?
-El fado canta a las emociones de la vida: la tristeza, la nostalgia, el amor, el sin amor y también la alegría. Lisboa es la ciudad más cantada en el mundo, siempre que le canto me sonríen los ojos y creo que esa alegría se refleja en toda mi cara.
-¿El fado tiene claro su futuro? ¿Hacia dónde va? Por ejemplo, a usted se la presenta como uno de los exponentes de la nueva generación de fadistas.
-El fado tiene continuidad y el futuro asegurado. Yo me presento como una cantante que respeta la tradición sin miedo a la innovación y con el máximo respeto por todas las generaciones que han cantado o cantan fado.
-¿El de Oviedo es su primer concierto en España? ¿Cómo será?
-No, mi primer concierto en España fue en Zamora en el festival de fado de la Fundación Afonso Henriques. El de Oviedo se dividirá en tres partes y llegaré a mi presente recorriendo la ruta que me ha llevado hasta él. Al principio voy a interpretar los temas de mis mayores referencias, incluyendo a Amalia Rodrigues, Beatriz da Conceição, Fernanda María, Guía de María José, María Amelia Proenca, Carlos Zel o António Rocha, como un humilde tributo. La segunda parte será para los temas de mi primer disco y, por último, interpretaré las canciones de "Fado Veneno".
