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Cronista oficial de Oviedo

Cambios de uso

Sobre el futuro del salón de recepciones del Ayuntamiento en la calle Cimadevilla, que ahora suena para albergar la Oficina de Recaudación

Cambios de uso

Hay lugares de la ciudad que, incluso cargados de años, no logran encontrar acomodo. Así ocurre con la sala que se aloja a la vera del arco del Ayuntamiento, ahora adormecido. Ese arco une y separa la ciudad primera, que desde allí queda intra y extramuros. Esa sala discreta fue durante muchos años oficina municipal en la que se acumulaban los expedientes a la antigua, con ventanillas y mostradores. Al arco no salían las oficinas así que se acudía indirectamente desde el león sonriente, obra de Tonín. Hace unos años se autorizó la apertura de puerta directa, cuando alguien tuvo la idea de instalar allí un museo de la ciudad, que allí se proyectaba. A mi siempre me pareció pequeño, más propio de un stand de feria que para exponer algunos de los muchos elementos propios de la historia de una ciudad tan antigua y tan nueva como esta.

Con la idea, que nació moribunda, del museo, nos reunimos allí unos cuantos, convocados por el alcalde a la sazón, Gabino de Lorenzo, en bastantes ocasiones, hasta que aquello, como suele ocurrir, se disolvió sin dejar ni siquiera un pequeño charco.

El espacio vacío se convirtió, con poca complicación en eso que llaman sala polivalente, que sirvió para algunos homenajes, como el que se hizo en vida a don Juan Manuel Junceda Avello y el tristemente póstumo a la profesora doña Rosa Isbert, a la que tanto deben las piedras de la Catedral. Velatorio hubo allí para otra ovetense y amiga, digna de ser recordada, María Teresa Corominas.

La cosa cambió con el alborozo del fin de semana de las bodas civiles, en las que los falsos azahares de antaño se cambiaron por oropeles multicolores.

Lo último, por ahora, es lo de la Oficina de Recaudación.

Continuará...

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