"Taramundi cambió el asfalto por la piedra y eso marcó un hito". El arquitecto Félix Gordillo lo dijo ayer en el Club Prensa Asturiana de LA NUEVA ESPAÑA, durante la presentación del libro "Teoría de las sensaciones", en el que analiza la evolución del alojamiento de turismo rural en Asturias desde 1986 hasta nuestros días.

Gordillo, que defiende el concepto de "arquitectura desnuda" como patrimonio de la región, considera aventurado hablar de construcciones tradicionales en Asturias. "Es no saber muy bien lo que se dice. Hay varios lenguajes; por ejemplo, de una zona a otra cambian las tipologías y los tipos de cubiertas".

Uno de los errores en la concepción del turismo rural es, a su juicio, concebir el alojamiento como un mero lugar en el que quedarse. "Todo se enfoca al entorno, a la naturaleza, pero en realidad ahora hay que vender felicidad y ese alojamiento que la procura; algo muy valorado en el llamado turismo neorrural".

Para Gordillo el hábitat debe entenderse como "un espacio polisensorial que estimula los sentidos, para que nazcan las sensaciones de bienestar, autoestima y felicidad". Además, considera que si la enfermedad del futuro es el estrés, contra la que proliferarán los "maestros de emociones", será fundamental que el alojamiento derive hacia un concepto de hábitat. "El modelo actual está en crisis, no es ecológico. Se basa en la idea de la casa: cama, cuarto de baño y televisión", señala. De acuerdo con la teoría de Gordillo, José Ramón Puerto, delegado de cultura del Colegio de Arquitectos de Asturias, recalcó que al trasladar la arquitectura urbana al entorno rural "el fracaso está garantizado". Jesús Mier, promotor de turismo rural y gerente de La Rectoral, destacó la evolución en los alojamientos de la zona de Oscos-Eo.