Jorge Martínez ("Ilegales") pasa San Mateo montado en el momento dulce del documental "Mi vida entre las hormigas" y con la cabeza y las manos puestas ya en nuevo disco, para 2018.
- ¿Te dice algo San Mateo?
-Los santos oficiales no son lo mío, pero suelo salir algún día de noche, o por la mañana a los chiringos a tomarme algo. Es aconsejable hacerlo antes de que empiecen a oler a bacterias fecales. Es un olor que destesto. A veces en Feijoo también se ven grupos interesantes.
- Muchas veces tocaste tú.
-Sí, hemos dado conciertos muy buenos.
- La combinación con "Siniestro total" llegó a ser un clásico.
-Y con Rosendo, "Los Suaves", "Australian Blonde", "Semen Up"... Hemos tocado con mucha gente. Aquí y en otros sitios. Es una combinación ratificada como conveniente en muchos ayuntamientos. El de más afluencia fue una vez en Getafe, creo, "Siniestro", "Ilegales" y "Burning". Se reunió una peña de la hostia, los bares estaban petados y el consumo de alcohol se disparó de tal manera que la gente acabó tomando Licor 43 porque era lo único que había,
- ¿Cómo era el escenario de la plaza de toros?
-Muy bueno. Buena acústica, suena muy bien y acceso fácil. Con unos pequeños arreglos debería recuperarse para los conciertos. Lo de San Lázaro me parece una barbaridad. A veces la autocrítica es buena, y probablemente sería mejor reconsiderar, de la manera más pragmática, recuperar los conciertos en la Ería. Aunque la plaza de toros es el lugar idóneo. Y ahora ya no hay un hospital al lado.
- Te recuerdo dedicando una canción "a estos tipos que agonizan aquí al lado: feliz más allá".
-Es cierto, "feliz más allá". Bueno, si yo tengo que agonizar en una cama de hospital y estoy oyendo un buen concierto de rock'n'roll, me voy contento. Y a lo mejor, hasta no me voy.
- Cuando eras más joven, ¿venías algo por aquí?
-Venía alguna vez, porque en los conciertos solía haber disturbios divertidos, aunque el cartel de muy antaño no incluía casi rock.
- Estaba la Herradura...
-Llegamos a tocar allí con "Paso de Cebra". Y también en la plaza de la Catedral cuando lo que ponían era un pequeño tenderete.
- ¿Los chiringuitos?
-Me parece bien, siempre se agradece la existencia de algún bar más, aunque en Asturias tenemos la fortuna de que hay muchos bares. Hay ciudades que son como un desierto
- ¿Fuiste a las carrozas alguna vez?
-En alguna ocasión. La verdad es que no me importaban un pijo. Enseguida perdí el interés por estas cosas, ya desde pequeño. Entre los amigos incluso considerábamos que salir en las carrozas de aquí, Avilés o Gijón, cuando te veías obligado por tus padres, era una ignominia y una falta de respeto a la infancia. Yo he conseguido no verme involucrado jamás en cosas de este tipo, vestido de asturiano. Me consideraban un niño muy molesto e incluso peligros para la marcha del desfile, y creo que fue eso lo que me salvó.
- ¿Qué echa en falta en las fiestas?
-Se echa de menos un buen criterio en la programación. Por lo demás, me gustán las declaraciones del concejal sobre el botellón. Ese pequeñajo tiene cojones.
