El fugaz regreso de Agustín de Luis a Salinas, donde hace unos años fijó su domicilio, está pasando allí prácticamente desapercibido. El exjefe de la Policía Local se refugia en su piso con su familia tras salir hace dos días de la cárcel de Lugo en régimen de semilibertad. Presumiblemente, llegó la noche del viernes y se irá hoy para dormir en prisión tal como establece el tercer grado. "Mi padre está aquí y se encuentra bien", confirmó ayer a primera hora de la mañana una de sus hijas a LA NUEVA ESPAÑA en la puerta de casa, un piso alto con vistas a la playa. De Luis está en Castrillón, pero no se deja ver con facilidad. Sus hijas le protegen para evitar que "hable y pueda meter la pata con alguna declaración incendiaria".

Amablemente, aunque con la puerta del piso cada vez más allegada, una de sus hijas despachó a este periódico. "Todavía le queda pena por cumplir y queremos que todo salga bien. Muchas gracias". A una última pregunta sobre la fecha de su regreso a la cárcel lucense de Monterroso, la chica zanjó la conversación con elegancia y media sonrisa. "No os vamos a decir cuándo se marchará de nuevo a prisión". Lo cierto es que quien fuera el "sheriff" de la Policía Local de Oviedo tiene que emprender hoy mismo el camino a Lugo porque el tercer grado sólo le permite disfrutar de los fines de semana libres, salvo que haya demostrado tener un trabajo u obligación de lunes a viernes.

De Luis no salió de casa en toda la mañana y tampoco recibió visitas en ese periodo de tiempo. "Esperaremos a que se recupere y nos llame para ir a verle", explicó por teléfono uno de los amigos que le preparan "un fiestón" al excomisario sin fecha concreta. "Para pasarlo bien siempre hay tiempo", añade. En realidad, el exjefe de la Local no coge el teléfono. El número da señal pero suena y suena hasta cortarse. En realidad, o no lo coge o selecciona a sus interlocutores.

El edificio donde vive Agustín de Luis tiene acceso directo al garaje, por lo que pudo salir de su domicilio discretamente en algún momento de la tarde. Los vecinos no le habían visto, los paseantes habituales del paseo marítimo tampoco y los camareros de los locales de referencia de Salinas no le habían servido nada. Es más, los parroquianos debatían sobre la aplicación del artículo 155 en Cataluña, la "haka" que se marcó el equipo neozelandés de rugby en los premios "Princesa de Asturias", el vestido "estilo Velvet" de Letizia Ortiz y hasta sobre un campeonato de surf.

El portal apenas registró movimiento, y eso que a simple vista el inmueble está lleno. Las persianas están levantadas y tres banderas de España -una con la silueta del toro- cuelgan de distintas ventanas, aunque ninguna de la vivienda del excomisario.

De Luis ingresó en la cárcel el 21 de julio de 2016. Sobre él pesa una condena de dos años y siete meses por ocultar el atestado de un atropello con resultado positivo en alcoholemia ocurrido hace cinco años en el Cristo. Estuvo primero en Villabona, pero a los siete días fue trasladado a Lugo porque la prisión gallega tiene un módulo específico para funcionarios de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad. El conductor protagonista de aquel suceso tenía en aquel momento un negocio de hostelería en General Zuvillaga y era amigo de otro hostelero, a su vez conocido de De Luis.

El excomisario se entregó a las autoridades policiales a las puertas de su domicilio en Salinas. Llevaba varios días en busca y captura por orden judicial. "Salí sin esconderme, por la puerta grande, como un torero", señaló entonces este salmantino de Mogarraz que gobernó el cuartel de El Rubín durante el mandato de cuatro alcaldes: Luis Riera, Antonio Masip, Gabino de Lorenzo y Agustín Iglesias Caunedo.