Si usted fue una de las 1.200 personas que, aproximadamente, habían comprado ya la entrada para el concierto de Lang Lang del 16 de marzo, le recomiendo que se arme de paciencia. Si quiere recuperar su dinero, y a menos que sea un nostálgico "vintage" de los que compró su billete poniendo los 65 o 50 euros encima del mostrador del Campoamor (en cuyo caso sí, no tendrá problema en que se lo devuelvan en cualquier momento), sepa que se enfrenta a una aventura a la altura del "Vuelva usted mañana" de Larra. El dinero de plástico (ni las nuevas tecnologías, ni la gestión eficiente) no parece haber llegado a la Fundación de Cultura. Si fue al Campoamor y pagó con tarjeta tendrá que llevar la entrada impresa y rellenar un impreso con número de cuenta. Si lo hizo por Internet, recibirá un documento similar que debe escanear junto a las entradas y mandar a un correo electrónico. La transferencia, ojo, no se realizará hasta el 19 de marzo, por aquello, digo yo, de alimentar un poco las arcas públicas durante más de 120 días. No dicen que vayan a devolver intereses ni tampoco explican por qué disfrutar de la Cultura en Oviedo, por seguir con la metáfora, es llorar.