La Policía Nacional hizo públicas ayer las cifras de una operación antidroga que adelantó LA NUEVA ESPAÑA en diciembre del año pasado y que se cerró con la detención de cuatro ciudadanos chinos, una banda organizada que había convertido un chalé de Ciudad Naranco en un auténtico invernadero equipado con todas las tecnologías para el cultivo de una droga que iba a ser distribuida en Inglaterra. Durante el dispositivo los agentes se incautaron de 1179 plantas de cannabis sativa y de dos sacos de 7 kilos con las hojas ya secas, picadas y listas para su distribución. En total, más de media tonelada de esta sustancia -concretamente 526 kilos- y numerosos semilleros y esquejes. El chalé en el que se llevó a cabo la operación está situado en la calle la calle Hermanos Villanueva.

Los sótanos y la planta principal de la vivienda estaban dedicados a los cultivos ilegales, por lo que el chalé se había acondicionado con "ventiladores, transformadores de luz, ionizadores, humidificadores, condensadores, semilleros para el cultivo, procesado y distribución de la sustancia estupefaciente". La investigación se inició en el mes de julio de 2017, cuando los investigadores tuvieron conocimiento de que personas de origen chino habían alquilado un chalé en Oviedo y que lo podían estar acondicionado "para albergar un invernadero indoor de plantas de marihuana".

A lo largo de las pesquisas policiales se comprobó que las puertas y ventanas de la vivienda estaban permanentemente cerradas y que los moradores salían en contadas ocasiones del interior. Los trabajos realizados por los investigadores permitieron descubrir que el suministro eléctrico que abastecía el chalé había sido manipulado y que se había derivado la toma de electricidad de la vivienda hacia la toma general del alumbrado público, "para evitar que el elevado consumo y la excesiva potencia eléctrica fuera detectada por la compañía suministradora del servicio". Los vecinos de la zona explicaron en su día a través de este diario que los detenidos "eran muy discretos y escurridizos, ya que siempre solían moverse en horas de poco movimiento".

Durante la investigación se pudo descubrir que las cuatro personas investigadas formaban un grupo criminal que había alquilado la vivienda con el único objetivo de convertirla en un invernadero. Dos de los miembros de este grupo se dedicaban en exclusividad a las tareas de montaje, supervisión de las instalaciones eléctricas, cuidado de las plantas y apenas abandonaban el domicilio. Las otras dos personas, que sí salían de la casa, "se encargaban del suministro de abono, tierra y de la distribución de la droga, una vez obtenida".

Mafias chinas

Las últimas operaciones contra el cultivo de marihuana ponen de manifiesto que las mafias chinas se han hecho con el negocio de la marihuana en España y que su producción crece exponencialmente desde que entraron en el negocio. Sin ir más lejos, la Guardia Civil y la Policía Nacional acaban de incautarse de 12.964 plantas y 230 kilos de marihuana preparados para la venta tras realizar 10 registros simultáneos en seis localidades de Toledo y tres en Madrid. El cultivo también se realizaba en chalés y el destino de la droga era el Reino Unido.

En el seguimiento realizado a los investigados de Oviedo, los agentes interceptaron dos paquetes de 8 kilos de marihuana cada uno que iban a ser destinados a Inglaterra a través de una empresa de envíos. Según la Policía, en ese país "las ganancias obtenidas con la venta de la droga se incrementaban de manera significativa, llegando a duplicar el precio final". Los detenidos tenían sus documentos de identidad falsificados, lo que dificultó su plena identificación y su posible conexión con los miembros de otros grupos criminales de la misma nacionalidad.