Los empresarios del polígono del Espíritu Santo quieren poner coto a los graves problemas de aparcamiento y de tráfico que se registran en este recinto industrial de Cerdeño, cuyo vial principal es aprovechado por numerosos automovilistas como acceso al gran complejo comercial de Paredes (Siero). Tras varios accidentes y atropellos, el presidente de la asociación de empresarios del polígono, Jesús Sierra, confirma que, para atajar el "caos circulatorio", una de las medidas en estudio es la instalación de badenes inteligentes de reducción de velocidad en las calzadas con un tráfico más conflictivo y, fundamentalmente, en la que es utilizada para acudir al centro comercial por automovilistas ajenos al polígono. Se trataría de modelos de última generación, que se activan bajo demanda o cuando un vehículo circula más rápido de la cuenta.
Sierra reconoce que si la circulación por la calle principal del polígono se ha convertido en "un auténtico caos", por la combinación del tráfico industrial con el de acceso el área comercial, el aparcamiento también supone un "gravísimo problema" para el Espíritu Santo. "Casi no hay donde dejar el coche y la falta de estacionamientos también supone un factor de inseguridad circulatoria", subraya el presidente del colectivo empresarial de Cerdeño. La asociación ya ha tratado de reconducir esta situación, pero, de momento, no ha tenido éxito. Según explica Sierra, hace años se presentó al Ayuntamiento de Oviedo, cuando era alcalde el popular Agustín Iglesias Caunedo, un proyecto para instalar un parking, una guardería y otros servicios para los usuarios del polígono en una parcela propiedad del Consistorio. Aquella iniciativa no salió adelante, por lo que los empresarios plantean ahora que la administración municipal se limite a habilitar un estacionamiento "rudimentario" en ese solar, al entender que serviría para aliviar el problema y que no haya vehículos en doble fila o aparcados en lugares inadecuados.
Lo que sí tiene decidido totalmente la asociación empresarial del Espíritu Santo es la instalación de ocho cámaras de vigilancia en los accesos al recinto industrial. Se trata de una medida de seguridad pendiente desde hace años y que se hace realidad ahora gracias a una ayuda regional de 20.000 euros con la que se va a financiar un sistema que permite controlar las calles que sirven de conexión entre las naves industriales y, al mismo tiempo, grabar con todo detalle las matrículas de los vehículos que transitan por el complejo.
El objetivo de la instalación de los dispositivos es, sobre todo, disuadir a los ladrones o, en su defecto, contribuir a las investigaciones posteriores a posibles robos que éstos pudieran cometer Para ello, será posible la identificación tanto de los coches como de las personas involucradas en los hipotéticos delitos.
