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El Oviedo como patria

Unos 800 accionistas extranjeros del club han visitado la ciudad desde la ampliación de capital de 2012 gracias a la labor de la asociación ROST

Brandon Garfield. ROST

Matías García tiene en su armario muchos objetos que prueban el cariño de los aficionados extranjeros a los que ha recibido con los brazos abiertos en los más de tres años que lleva siendo la cabeza visible de la asociación Real Oviedo Shareholders Trust (ROST). Pero antes que con los objetos se queda con las experiencias que ha vivido y con las amistades que ha trabado con muchos de ellos.

La labor que lleva a cabo esta asociación es impagable como embajadora del Real Oviedo y de Oviedo. La ampliación de capital que llevó a cabo el club azul en noviembre de 2012 marcó un antes y un después para la entidad. De una situación límite en lo económico se pasó a tener el respaldo del Grupo Carso como accionista mayoritario del club. Y, además, gracias a todo lo que sucedió entonces el Oviedo se dio a conocer en todo el mundo. A la llamada de auxilio que se lanzó desde Asturias acudieron unos 40.000 accionistas foráneos de 140 países distintos.

Y desde entonces la asociación ROST se ha empeñado y ha logrado mantener esa llama encendida. Unos 800 accionistas han venido a Oviedo a ver al que es su equipo y a visitar la ciudad. "Somos una asociación internacional, no tenemos dinero, lo que hacemos es de forma altruista, y lo que intentamos es mantener en contacto con esa gente que los ayudó. Les facilitamos información sobre los viajes, los hoteles, los sitios donde pueden ir y les enseñamos Oviedo", explica Matías García.

Hay casos de gente que ha venido ya nueve veces, como Malcolm Hopkins, de la localidad inglesa de Peterborough, que estuvo incluso en el partido del ascenso a Segunda en Cádiz. De cerca le siguen otros como la portuguesa Luisa Novais, que ha venido esta temporada siete veces desde Oporto. En la página web de ROST están registradas unas 15.000 personas y muchos de ellos se plantean venir alguna vez a visitar el Carlos Tartiere.

Matías García reconoce que en muchos casos las visitas han acabado en grandes amigos. "Para planear un viaje por Inglaterra necesito como mínimo dos semanas porque tengo que visitar muchos sitios", reconoce. Y entre todas las experiencias que ha vivido puede pasarse horas contando anécdotas. Llama la atención la del accionista azul Brandon Garfield, un estadounidense que un buen día le contó que era el tataranieto de un presidente de Estados Unidos, James A. Garfield, que fue asesinado el 19 de septiembre de 1881 cuando llevaba poco más de seis meses en el cargo. Garfield le reconoció a Matías García la única ventaja que tiene por su parentesco: "Puedo ver cuatro habitaciones más que tú de la Casa Blanca". De su visita a Oviedo se llevó también la pasión por el cachopo y la sidra.

No se queda atrás la historia de Laine Huskinson, de la localidad inglesa de Oldham, que se quedó prendada de un cachopo de setas, aprendió a hacerlo y se presentó en su país a un concurso de cocina en el que quedó tercera con este plato, superando a cocineros profesionales. Su marido Andy es diseñador y colabora con Matías haciendo todos los diseños gráficos de ROST.

Para Matías esta es la mejor forma de propagar el oviedismo. A él le gusta convivir con gente que acudió a la llamada de un club que no conocía porque eso significa que comparten una pasión y una forma de entender este deporte. El Oviedo también colabora con ellos abriéndoles las puertas del campo y del museo. Cuando el equipo estaba en Segunda B regalaba una entrada a los accionistas extranjeros en su primera visita al Tartiere. El objetivo para Matías está muy claro: "Que sean participes del club, que sus acciones tengan valor".

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