Ya ha sucedido en otras ocasiones. El mayor enemigo de la fiesta del oviedismo es el clima. Ayer volvió a suceder. Lluvia intensa durante todo el día y temperaturas que no llegaron a los 10 grados. Por eso el Grupo Symmachiarii, encargado de los actos de celebración del aniversario carbayón, se adelantó a los acontecimientos y amplió la carpa, el epicentro de la fiesta, para que la lluvia no fuera un impedimento. Cuando se trata de celebrar el cumpleaños del oviedismo hay pocos elementos externos que puedan entorpecer la fiesta.

Los seguidores azules volvieron a tomar la explanada del Tartiere, en el aparcamiento exterior, para demostrar que el sentimiento azul está más vivo que nunca. Como es tradición en los últimos años, la celebración fue organizada por Symmachiarii con la colaboración de las Peñas Azules del Real Oviedo (APARO) y de otras asociaciones como Espíritu 2003.

La jornada empezó a calentar motores a eso de las 12 del mediodía, cuando los más madrugadores empezaron a llegar a la carpa principal. Los organizadores debían tener todo listo para el primer momento importante del día, la celebración del III día de Peñas. El encuentro surgió hace dos años con la intención de que la masa social que forma el oviedismo compartiera una comida de confraternización y el asunto ha calado. Ayer se pudo comprobar en su tercera edición. Los organizadores dispusieron largas mesas en el interior de las carpas para situar a las diferentes peñas que habían confirmado su participación en el acto. Además de las peñas más clásicas y las de reciente creación no faltó el elemento extranjero.

Desde 2012, el año en el que oviedismo abrió sus fronteras en la exitosa ampliación de capital que culminó con la salvación económica del equipo, la presencia de seguidores de fuera de España es costumbre en las gradas del Tartiere. Ninguna fecha como la del aniversario congrega a tantos hinchas foráneas. La de ayer no fue una excepción. Cerca de 40 aficionados extranjeros, la mayoría procedentes del Reino Unido, se dieron cita en las inmediaciones del Tartiere para celebrar la jornada festiva. Destacó en la labor de ayuda a los foráneos el Real Oviedo Shareholders Trust (ROST), un clásico en el fomento del oviedismo desde lo sucedido en 2012.

A las cinco de la tarde se resolvió uno de los misterios de la jornada y se conoció la identidad del ganador del trofeo "Herrerita" al oviedista del año, un galardón entregado por la APARO según las votaciones de sus asociados y que premia cada año, desde 2005, a una persona u organización vinculado al conjunto azul. En esta ocasión, el vencedor fue Carlos Muñoz Cobo, delantero del Oviedo en la década de los 80 y los 90. Carlos se impuso en la votación final a otro exazul, Diego Cervero; y a Victoria Rubiera, empleada de las oficinas de la entidad. Antes, se habían quedado a las puertas de la final el equipo de División de Honor de la temporada pasada, el periodista José Luis González-Fierros y el exentrenador Vicente Miera. Carlos Muñoz, presente en la fiesta, fue el encargado de recoger su distinción ante la aclamación popular. Jorge Menéndez Vallina, presidente del Oviedo, le entregó la distinción.

Otro de los actos simbólicos de la jornada tuvo lugar en el bosque oviedista. Como cada año, la Asociación Espíritu 2003 se encargó de organizar la plantación de un nuevo carbayo en ese lugar. Como es habitual, la asociación eligió el encargado de completar el acto en base a su labor por el oviedismo. Esta vez, fueron los responsables de la página web oviedín.com los que situaron el roble 91.º en el bosque.

Tradicionalmente, el día del aniversario es un día en el que son las peñas las que se encargan de llevar el peso de las celebraciones. Pero el club también suele tener algún detalle, algún guiño a un día tan especial. El Oviedo dejó algunas novedades para la jornada. Estrenó el nuevo diseño de su autobús, por ejemplo. En la toma de la decisión, la entidad había pedido la opinión de sus seguidores instándoles a votar en las redes sociales por el diseño que mejor representaba el espíritu del oviedismo. Ayer fue el día elegido para estrenarlo. También vio la luz los retoques del vestuario azul, adecentados para la ocasión.

Otro guiño, el más significativo, tuvo lugar en el partido. El Oviedo lució ante el Girona una equipación especial. Adidas, la marca que viste al club desde esta temporada, elaboró un uniforme conmemorativo para la disputa del choque: una camiseta con rayas verticales azules y negras y un pantalón negro.

Justo cuando el partido iba a finalizar, el videomarcador anunció el último gesto del aniversario: una vez que el partido había finalizado desde las esquinas del Carlos Tartiere se lanzaron fuegos artificiales para festejar un día que, con la victoria final, había sido redondo.