Como en El Requexón reinan la prudencia y la cautela desde el inicio de la temporada, confiantes todos en la hoja de ruta diseñada por Fernando Hierro, en jornadas de sonrisas como la de este pasado fin de semanas conviene recordar el objetivo marcado y anunciado por el Oviedo: acabar la Liga entre los seis primeros clasificados y jugar el play-off de ascenso a Primera División. Por eso, aunque aparezca la tentación de fijarse en el ascenso directo, que aparece, conviene mirar hacia abajo y advertir antes el peligro que el sueño. Y el peligro, hoy por hoy, a falta de once jornadas para la finalización de la Liga, se llama Huesca, actualmente séptimo clasificado.

El equipo de Anquela, que derrotó en la primera vuelta a los azules por 4-0, es el único que parece que puede seguir el ritmo de los equipos de arriba y sacar a alguno de ellos. Ayer ganó en Miranda (1-3), victoria que le sirvió para mantenerse a un punto de la zona del play-off, que cierra el Getafe, sexto clasificado, con 47 puntos, que ayer ganó al Lugo (2-0). El grupo aragonés está a tres puntos del Oviedo, los mismos que la semana pasada, y es la principal amenaza para los equipos en play-off. El Huesca, que todavía tiene que pasar por el Tartiere, se mantiene ahí, a tiro de piedra. Otros, como Valladolid o Lugo, están ya más lejos. Los lucenses (a ocho puntos de los azules) cayeron en Getafe y los vallisoletanos (a siete) en casa frente al Nástic (1-2).

La victoria del Oviedo ante el Girona sive al equipo azulpara quedarse a 9 del ascenso directo y para acercarse al Cádiz, tercero a sólo un punto tras su derrota ayer ante el Tenerife (0-1). Los isleños son cuartos con los mismos puntos que el Oviedo. Ambos se enfrentan el domingo (18 horas) en el Rodríguez López.