Oviedo, E. G.

«En los años que llevo como director de esta Escuela de Arte nunca se me ha convocado institucionalmente a la Consejería de Educación para hablar de estos estudios». El responsable de la Escuela de Arte de Oviedo, Alfonso Granda, no tuvo ayer pelos en la lengua a la hora de criticar la política del Gobierno regional en relación con los estudios artísticos. Quizás influyó en el tono y en el ambiente la ausencia, sin justificación, de un representante de Educación en el debate celebrado en el salón de actos de la Escuela. Junto al moderador, el crítico de arte Ángel Antonio Rodríguez, también estaba el director de la Escuela Superior de Arte de Avilés, Roberto Pérez. Sobre el tapete, un diagnóstico de la situación actual de los estudios artísticos y un par de miradas hacia el futuro.

Tokio, Nueva York y la Laboral. Son tres referencias que Alfonso Granda dice haber escuchado al presidente del Gobierno asturiano a la hora de hablar de vanguardias artísticas en el mundo. «Parece bastante pretencioso. Nos traen a unos artistas de nombres impronunciables, nos dicen que son los mejores del mundo, nos aseguran que qué suerte tenemos los asturianos de contar con los mejores del mundo. Es como si el Gobierno tirara a una serie de señores en paracaídas y el que no mire al cielo no se entera».

Se habló de Bolonia, de los futuros grados y de la posibilidad de, por ejemplo, «recuperar el terreno perdido por el diseño gráfico», dijo Roberto Pérez, para quien hay mucho camino por andar. «No hay una conciencia clara del papel del artista en nuestra sociedad, sigue siendo una especie de personaje decorativo», señaló.

Los estudios de Artes Plásticas y Diseño son cursados en Asturias por unos 350 alumnos en sus dos centros y en las distintas especialidades: artes aplicadas a la escultura, al libro, diseño gráfico, ilustración, diseño de interiores y conservación y restauración de bienes culturales. Alfonso Granda se refirió a los 225 años de tradición de estudios de arte en Oviedo, que contrasta con los ninguneos denunciados desde la dirección del centro.

«En el Libro Blanco de las industrias culturales es que ni aparecíamos. Aquel informe era un escándalo, hecho a base de cortar y pegar. Pero denota algo, y es que en el Gobierno regional no hay nadie que tenga claro qué hacer con las enseñanzas artísticas en la región».

Arreciaron las críticas. «Ahora han descubierto que el arte es una industria, pero también es algo que sirve para formar ciudadanos, y eso es algo a lo que no dan importancia», dijo Granda.

En el debate y entre el público alguien pidió coordinación entre las dos escuelas. «A los políticos les encantaría que los dos centros de Asturias estuvieran enfrentados», señaló el director de la Escuela de Oviedo. Por lo visto y oído ayer, las dos escuelas van de la mano en el diagnóstico. ¿Coordinadas? Eso ya es otra cosa.