Oviedo, E. G.

Sólo el Servicio de Bioquímica Clínica del HUCA realiza al año tres millones y medio de pruebas analíticas. Cuando en el futuro HUCA funcione el laboratorio unificado de medicina las pruebas llegarán a cerca de ocho millones, y habrá días en que se realicen hasta 30.000.

«La acreditación va a ser fundamental porque es la que permite que funciones o que no funciones. El que no esté acreditado no quiere decir que haga las cosas mal, pero sin evaluación oficial lo tendrá muy complicado», explica Francisco Álvarez.

Ciento cinco pruebas, logradas por cierto en una sola auditoría, pueden parecer muchas, pero apenas son la punta del iceberg. En un análisis convencional de sangre, ése que casi todos los adultos se han hecho alguna vez, hay quince o veinte pruebas diferentes, pero estamos hablando de varios cientos de posibles análisis, con enunciados incomprensibles para el común de los mortales. Desde ese punto de vista las posibilidades para lograr más acreditaciones por parte de la ENAC son enormes y durante muchos años. El jefe del Servicio de Bioquímica Clínica, formado por catorce facultativos, siete residentes y otras sesenta personas trabajadores de laboratorios, afirma que los costes de la acreditación no son nada en comparación con los beneficios que reportan: abrir un expediente y pagar a los auditores costó unos 9.000 euros. «Es un dinero bien pagado».