Oviedo, P. RUBIERA

El consorcio que gestiona el Museo Etnográfico de Grandas de Salime y que preside la consejera de Cultura, Mercedes Álvarez, se reunirá el martes, por primera vez en los últimos dos años, con un punto en el orden del día: «Cese y nombramiento del director». La noticia ha cogido por sorpresa a los miembros del organismo no vinculados a la Administración regional porque significa apartar del cargo a José Naveiras Escanlar, más conocido como Pepe el Ferreiro, quien ha sido el creador y alma máter de un museo que pronto celebrará su 26.º aniversario y que, al decir de los especialistas, se sitúa entre los primeros de España en la cultura etnográfica.

Naveiras Escanlar, una personalidad siempre incómoda para los gestores políticos, desconocía ayer la noticia, según él mismo declaró a LA NUEVA ESPAÑA. «No sé nada, no he recibido ninguna comunicación», afirmó. En el consorcio están representadas las consejerías de Cultura y Medio Rural, la Universidad de Oviedo, Cajastur, el Ayuntamiento de la localidad y la Asociación de Amigos del Museo de Grandas.

Inaugurado en el año 1984, durante la primera legislatura del presidente Pedro de Silva, en realidad Naveiras Escanlar había comenzado mucho antes a reunir las piezas, que expuso inicialmente en los bajos del Ayuntamiento de Grandas. Pese a que desde el primer momento fue el responsable de la institución, Pepe el Ferreiro no fue contratado laboralmente por el consorcio hasta el año 1989. A punto de cumplir los 68 años y después de toda una vida dedicada a un museo que ha dinamizado la economía y el turismo de la comarca, y que el pasado año tuvo cerca de 21.000 visitantes, Naveiras podría ser sustituido la próxima semana sin contemplaciones.

Aunque son conocidas las diferencias que el director del museo ha mantenido con las diferentes administraciones políticas, así como con Cajastur -a la que el director siempre ha reprochado su escasa aportación económica al proyecto-, se especula que tras esta sorprendente decisión se encuentran las diferencias irreconciliables que mantiene con el alcalde de Grandas de Salime, el socialista Eustaquio Revilla. Hace unos dos años, el responsable municipal ya intentó sustituirlo e incluso hizo consultas sobre posibles sucesores al frente de la dirección del museo, pero el proceso se detuvo. El pasado año, Naveiras Escanlar fue convocado, en representación del consorcio -organismo del que fue destituido hace dos años por la Consejería de Medio Rural-, para que explicara las cuentas del museo ante la Comisión de Hacienda de la Junta General del Principado, en relación con un informe de la Sindicatura de Cuentas. En ambos casos dijo que el responsable del presupuesto era el organismo y no él, y lamentó que un director de museo tuviera que comparecer a dar cuentas ante una comisión económica y no cultural.

Considerado una autoridad en etnografía y tradiciones asturianas, Pepe el Ferreiro ha sido el verdadero artífice del crecimiento y la innovación del museo, aunque casi nunca contó con la confianza de la Administración pública. En la actualidad, el Museo de Grandas cuenta con cinco personas en plantilla, incluida la mujer de la limpieza. LA NUEVA ESPAÑA intentó ayer, sin éxito, conocer los motivos que han impulsado a la Consejería de Cultura a adoptar una decisión que podría acarrear problemas al Principado. Seis años antes de la apertura del museo, José Naveiras comenzó a recoger por el concejo e incluso en otros municipios vecinos muchas de las piezas que hoy se exponen en el Museo de Grandas y que le fueron cedidas a él y no al consorcio o a la Consejería de Cultura.

«Si se produce su destitución, lo considero un maltrato injusto e innecesario a una persona de gran trascendencia en la cultura etnográfica de la región, que además podría tener serias consecuencias para el futuro del museo», declaró a LA NUEVA ESPAÑA uno de los integrantes del consorcio que no acababa de creerse la notificación que había recibido.

La noticia de la posible sustitución de Pepe el Ferreiro -todas las personas consultadas desconocían quién puede sucederle- coincide con un momento especialmente difícil para la cultura etnográfica de Asturias. Los presupuestos de la crisis han reducido en un 50 por ciento el dinero, ya muy escaso, que la Consejería de Cultura otorga a la Red de Museos Etnográficos y la cantidad que este año se destina a este apartado es de 65.000 euros.