El Entrego,

Pablo CASTAÑO

El pozo Sotón, en San Martín del Rey Aurelio, es un ejemplo del valioso patrimonio industrial minero que atesora Asturias; pero además está vivo. «Bienvenido a esta tu casa», se lee en una pintada escrita en una de las salas de embarque del pozo, en la que media docena de mineros espera sin mucha prisa su turno para bajar al tajo. La jaula sale a la luz con estruendo metálico. «Riiiiing». Todos adentro. El timbre vuelve a sonar y el cajón se pierde en la oscuridad.

Tras casi 90 años de historia, las instalaciones del pozo Sotón siguen cumpliendo su cometido, la producción de carbón, y además con buena parte de sus elementos originales. Sus dos castilletes gemelos, su recia sala de máquinas o sus naves seriadas, con tejados afilados como dientes de sierra, son al mismo tiempo vestigios de un pasado de esplendor, símbolos presentes de la supervivencia de la minería en las Cuencas y castillos de arena del incierto futuro que tiene el sector del carbón.

Los expertos del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TICCIH), organismo asesor de la UNESCO, han incluido las instalaciones del pozo Sotón, junto a otras siete factorías y paisajes de Asturias, entre los «100 elementos del patrimonio industrial en España», un listado con las edificaciones más emblemáticas del país.

El Sotón fue construido por la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera entre 1917 y 1922 para garantizar su autoabastecimiento de carbón y sigue en activo de la mano de la empresa estatal Hunosa. Fue una de las primeras unidades de extracción mediante pozo vertical de la minería de la hulla asturiana. No obstante, en el concejo de San Martín del Rey Aurelio ya se habían profundizado anteriormente dos pozos (Entrego y Sorriego) y la propia Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, que llegaría a convertirse en la principal firma hullera del país, ya había construido años antes en Langreo el pozo Fondón. ¿Cuál es entonces la singularidad del Sotón para estar incluido entre los elementos más valiosos de España según el TICCIH? «El pozo Sotón tiene una importante relevancia desde el punto de vista de la historia de la técnica, de la organización del territorio y del patrimonio industrial», señala Faustino Suárez Antuña, doctor en Geografía, vicepresidente de la asociación de arqueología industrial Incuna y autor de los textos sobre el pozo Sotón del catálogo y exposición «100 elementos del patrimonio industrial en España». Un buen guía para no perderse detalle de la explotación de San Martín del Rey Aurelio, situada a medio camino entre las localidades de El Entrego y Sotrondio, en la margen izquierda del río Nalón.

En primer lugar, Faustino Suárez Antuña hace referencia a la historia de la técnica, no sólo por la maquinaria empleada en la explotación (alimentada desde el principio por la electricidad que generaban los grupos térmicos de Duro y ya no por vapor), sino porque considera que el pozo Sotón es uno de los mejores ejemplos mineros de lo que se denomina «arquitectura máquina». Los dos castilletes del pozo, ahora pintados de un llamativo color verde, están envueltos a media altura por un cobertizo de clasificación de carbones. Esa estructura metálica genera por encima del nivel de la plaza general del pozo una nueva planta que tiene acceso directo desde las jaulas. Así, los vagones llenos de carbón llegan a ese taller de clasificación, donde son volcados, y siempre por gravedad el mineral va hasta las tolvas del cargadero, a las que acceden de forma directa los trenillos para transportar la producción de mineral.

Castilletes, taller de clasificación y cargadero, integrados en una misma estructura, funcionan como una colosal máquina de extracción de carbón que libera para otros usos la plaza del pozo y reduce al máximo la necesidad de construcciones auxiliares.

En segundo lugar, Faustino Suárez Antuña destaca la singularidad de la ordenación territorial del pozo Sotón. Aun hoy, pasados 90 años desde su construcción, sorprenden la amplitud del complejo y lo esponjada que está su trama. Hay sitio hasta para jardines rodeados de setos. «El pozo fue diseñado y construido por el personal de la Sociedad Metalúrgica Duro Felguera, que partía de la experiencia del pozo Fondón de Sama, cuya plaza y sala de máquinas en seguida se habían quedado pequeñas. Aplicando todo lo aprendido, en Sotón se planificaron unas instalaciones muy amplias y más eficientes tecnológica y arquitectónicamente», apunta Suárez Antuña, que es natural de San Martín del Rey Aurelio y que en 2005 logró el premio de investigación «Padre Patac» por su tesis doctoral «Carbón para España. La organización de los espacios hulleros asturianos».