A. R.

Desde provocar un malestar, generar una pérdida de calidad de vida, a ser la causa directa de muchas muertes súbitas. Las arritmias pueden ser de tipos y gravedades distintas pero para un porcentaje importante de ellas, las debidas a taquicardias supraventriculares, el futuro ya no está en la medicación. «Hasta hace unos años ese tipo de problemas se trataba con fármacos pero en los últimos años se ha descubierto que llegando unos catéteres hasta el corazón y aplicando emisiones de radiofrecuencia se puede romper el circuito de la arritmia obteniendo unos resultados que pueden ser del 90-100% de efectividad, con lo que evitamos medicaciones añadidas a los pacientes», explicó ayer Eduardo Segovia. En Asturias, la estimación que hace el especialista es que «entre 300 y 400 pacientes al año son susceptibles de pasar por una unidad de arritmias, pero eso está cambiando. Como cada vez tienen mejores resultados tienden a hacerse cargo de más cosas», expuso Segovia. Otro ejemplo; su intervención en las arritmias más frecuentes de la vejez, la fibrilación auricular. «Aunque aún no obtengan tan buenos resultados, el futuro va por ahí», comentó el responsable de Cardiología de Cabueñes.