Oviedo, P. Á.

La Santa Sede dio luz verde esta semana, de manera definitiva, a los estatutos de los Franciscanos de María. Esta nueva entidad había recibido hacía cinco años la primera aprobación pontificia, otorgada «ad experimentum» por ese período, transcurrido el cual ha visto aprobadas definitivamente sus normas. Este paso jurídico cierra una etapa para esta obra de la Iglesia, comenzada en 1988 por el sacerdote y periodista español Santiago Martín en Madrid. En 1993 recibió la primera aprobación eclesial, por parte del arzobispo de la diócesis en la que surgió. A partir de ese momento comenzó su expansión por España, Europa y América.

El objetivo de los Franciscanos de María es la lucha contra el secularismo, fenómeno que definen como «la gran enfermedad de nuestro tiempo», una contribución que llevan a cabo mediante el carisma del agradecimiento. Aunque la mayoría son laicos, cuentan también con sacerdotes, seminaristas y religiosas. Presentes en 31 países y en 160 diócesis, en Asturias cuentan con varias decenas de miembros y simpatizantes.