Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

El Gobierno asturiano advirtió ayer de que la única alternativa posible al aumento de la actividad y la merma de salarios que ha decidido aplicar a los médicos de la sanidad pública asturiana sería «reducir las retribuciones a todo el personal», al igual que se ha hecho «en otras comunidades autónomas».

La gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), Celia Gómez, elevó el tono de sus argumentos ayer, el día en el que dio comienzo la huelga de nueve días convocada por el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA). Un paro que en estas cinco jornadas iniciales (de lunes a jueves de esta semana, y el lunes de la próxima) es de media jornada (de 08.00 a 11.45 horas de la mañana) y a la que están llamados unos 4.000 facultativos de la región, incluidos los médicos residentes.

La huelga está motivada por la aplicación en la red sanitaria asturiana de la ampliación de la jornada laboral decretada por el Gobierno central para toda España. Una modificación que se traduce en un aumento de 35 a 37,5 horas del programa de trabajo que el personal debe cumplimentar cada semana. El SIMPA rechaza con particular beligerancia la supresión de las libranzas posteriores a las guardias y la eliminación de los programas de trabajo vespertinos para los facultativos mayores de 55 años que están exentos de realizar guardias nocturnas.

La huelga de ayer se saldó con un balance desigual en función de quién lo realizaba. Según el Sespa, el paro fue secundado por un total de 245 médicos: 232 de hospitales y 13 de centros de salud, para un seguimiento global del 7,87 por ciento. A la vista de estos datos, «parece razonable pensar que la mayoría de los profesionales comprende y se siente preocupada por el momento tan crítico que vive Asturias en concreto y el país en su conjunto», señalaron fuentes de la Administración.

En la trinchera contraria, el SIMPA subrayó que la actividad sanitaria fue «mínima», que el seguimiento fue «masivo» y que «los propios pacientes, conocedores del conflicto laboral, no han acudido a sus consultas en centros de salud y hospitales». Los responsables del Sindicato Médico denunciaron «coacciones de las gerencias y direcciones médicas a los facultativos» y agregaron que han puesto estos hechos en manos de los servicios jurídicos de la organización sindical.

El Sindicato Médico concretó más. Sus dirigentes de atención primaria y especializada, Carlos Fernández Moro y Ángel Colmeiro, respectivamente, calificaron de «burdo maquillaje» los datos aportados por el Sespa y agregaron que «el mejor termómetro del seguimiento de la huelga está en la caída de la actividad asistencial». Según los responsables del SIMPA, durante las tres horas y tres cuartos de paro de ayer el ritmo de asistencia «fue similar al de un fin de semana».

«En los hospitales se ha realizado toda la actividad urgente y preferente, pero se ha suprimido la asistencia en quirófanos y consultas externas», indicaron los líderes del Sindicato Médico, quienes, como botón de muestra, precisaron que en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se suspendió el cien por ciento de la actividad programada en urología, cirugía general -con la excepción de los procesos preferentes-, oftalmología o cirugía infantil, así como el 75 por ciento en traumatología, el 60 por ciento en ginecología y el 50 por ciento en neurocirugía, cirugía mayor ambulatoria, vascular y otorrinolaringología.

El HUCA «es sólo un ejemplo de un patrón que se ha cumplido también para el resto de los hospitales», señaló el SIMPA. En el hospital gijonés de Cabueñes, los facultativos protagonizaron una concentración «que prevén repetir cada día durante las jornadas de huelga».

Acerca de lo sucedido en atención primaria, el sindicato convocante afirma que «el seguimiento ha sido algo menor, pero la caída de la asistencia ha resultado igualmente significativa teniendo en cuenta que los servicios mínimos para el conjunto de la red de centros de salud superaba el 70 por ciento».

La gerente del Sespa reconoció «discrepancias» con el Sindicato Médico a la hora de interpretar qué tipo de actividad debe llevarse a cabo en régimen de servicios mínimos. «Hemos hablado con el comité de huelga», indicó Celia Gómez, quien subrayó que «las consultas que son preferentes y la actividad quirúrgica programada deben mantenerse». Según la responsable del Sespa, «ha habido problemas en algunos servicios y en algunos centros que estamos evaluando para conocer tanto el impacto como si se deriva alguna consecuencia de ello».

También ayer, el Sespa y el SIMPA mantuvieron una reunión que concluyó sin avances y con reproches mutuos de cerrazón e inmovilismo. Fue en este contexto de intercambio de críticas en el que Celia Gómez lanzó su aviso para navegantes acerca de una alternativa que consistiría en un recorte salarial para los aproximadamente 16.000 trabajadores del Sespa. Una amenaza con un trasfondo muy significativo, pues los restantes sindicatos del ámbito sanitario -que representan a los demás estamentos profesionales del sector- tienen previsto comenzar su propia huelga el próximo martes, día 16, para cumplimentar un programa de paros de diez días que iría intercalándose con el de los médicos.

«El planteamiento del Sindicato Médico es mantener la actividad extraordinaria de una u otra manera», afirmó la gerente del Sespa al término de la reunión con los representantes del SIMPA. Las pretensiones de la Administración sanitaria consisten en «absorber esa actividad extraordinaria en la jornada ordinaria» y en que «la jornada se cumpla por parte de todos los profesionales, incluidos los médicos, porque si no tendríamos que tomar otras decisiones que no se han querido tomar pero que sí se han tomado en otras comunidades autónomas, de reducciones de las retribuciones a todo el personal».

«No ha habido ninguna modificación de posición por parte del Sindicato Médico», subrayó Celia Gómez, quien efectuó «un nuevo llamamiento al diálogo». El Sespa convocó en la misma tarde de ayer a los médicos residentes «porque creemos que hay algún tipo de falta de información o desconocimiento» sobre las implicaciones de la nueva normativa para los facultativos en fase de formación.

Por su parte, el Sindicato Médico anunció que mantiene el calendario de paros «tras ratificar la nula voluntad negociadora del Sespa». Según Antonio Matador, secretario general del SIMPA, el Sespa «se limitó» a escuchar las propuestas ya conocidas de los médicos, «pero no ha movido ficha ni ha realizado ninguna contraoferta».