Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

A la nueva regulación de la jornada laboral de la sanidad pública asturiana le ha salido un adversario más: los jóvenes -médicos, biólogos, farmacéuticos, físicos...- que se hallan en fase de formación y que consideran lesionados tanto sus derechos actuales como los que aspiran a tener una vez que consigan incorporarse a plazas de plantilla.

Un total de 186 residentes del área sanitaria IV, con cabecera en Oviedo, han elaborado un manifiesto en el que expresan su rechazo a la reorganización de su horario de trabajo derivado de la ampliación de jornada en todo el sector público español. Entre otras consideraciones, critican la supresión de las libranzas posteriores a las guardias, pues conlleva que superen ampliamente las 2.500 horas de trabajo anuales que ya venían realizando con la anterior normativa. Tampoco ven con buenos ojos una posible medida que podría adoptar el Sespa consistente en reducir las horas de guardia de los residentes. Una decisión de esta naturaleza -aducen- condicionaría tanto su formación como su remuneración.

El documento está firmado por la mayoría -tal vez un 90 por ciento, según sus promotores- de los residentes del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA). También tiene el respaldo de los sanitarios que están formándose en los centros de salud. Los residentes del área de Oviedo enfatizan que sus consideraciones son compartidas mayoritariamente por sus colegas de las restantes áreas sanitarias de la región.

La nueva regulación de la jornada laboral ya ha dado origen en Asturias a dos huelgas: una convocada por el Sindicato Médico (SIMPA) y otra impulsada por los sindicatos UGT, Comisiones Obreras, SATSE, USAE y SICEPA-USIPA. Los paros se han desarrollado en las dos últimas semanas y se prolongarán dos semanas más.

En alguna de las jornadas de la huelga promovida por el SIMPA ha sido particularmente elevada la participación de los residentes. Quizá ésta sea la causa de que la gerente del Sespa, Celia Gómez, anunciara días atrás su intención de revisar «la especial situación» de los médicos residentes, y también de aclarar los malentendidos -en algunos casos fruto de «opiniones interesadas», según Gómez- surgidos en la interpretación de la nueva organización de su jornada de trabajo. Los residentes replican que han entendido perfectamente las implicaciones de la nueva normativa.