Oviedo, P. RUBIERA

Maximino Blanco del Dago fue un cangués querido y respetado por su pueblo. Fue, además, por su condición de arquitecto técnico, impulsor de numerosas rehabilitaciones de casas rurales en el concejo de Cangas de Onís y fundador del Museo Basilio Sobrecueva de la cerámica y los relojes, que inauguró en Muñigu en 1995 y tuvo que cerrar en 2004 ante la falta de apoyo institucional. Maxi Blanco falleció el pasado mes de abril a los 63 años y, en el testamento, lega al Museo de Bellas Artes de Asturias su colección de cerámica, la de relojes, la de dibujos de Roberto Frassinelli, el boceto «Don Pelayo proclamado rey de Asturias», de Madrazo, la casa de Corao, conocida como la de Frassinelli, y otras dos propiedades inmobiliarias en Cangas de Onís, entre otros objetos y piezas.

A cambio, Maxi Blanco impone dos condiciones que, de no ser cumplidas, invalidará la cesión: todo ello deberá exponerse permanentemente en la casa Frassinelli de Corao y aquello que no se muestre deberá permanecer en un almacén de Cangas de Onís, y no se podrá separar ni vender y tampoco ser cedido a otros museos.

El patronato del Bellas Artes analizó el asunto, en su reunión del pasado martes. La consejera de Cultura, Ana González, expuso la dificultad del Principado para aceptar una herencia que le obliga a hacer un desembolso presupuestario en un momento de especial dificultad. No obstante, la importancia de la colección, con piezas excepcionales y estrechamente vinculada a la historia de Cangas de Onís, tal y como subrayaron varios de los miembros del patronato, hizo que se propusiera la elaboración de un informe jurídico, económico y de los contenidos de la colección.

Se trata de unas 3.000 piezas de cerámica, la mitad de ellas asturianas y que forman el mayor y mejor conjunto de cerámica tradicional asturiana que se conoce, procedente de talleres de Coya, Faro, Vega de Poja y Miranda de Avilés; los relojes de Basilio Sobrecueva, a los que se suma otro, considerado una pieza excepcional, del cura relojero de Ladrido (La Coruña), Javier Méndez y Neira de Saavedra; 150 dibujos de Frassinelli; el ya citado boceto de Madrazo; un retrato del librero de Miyar, Antonio, realizado por el pintor romántico Brugada, y otras obras. En lo que respecta a Cangas de Onís, reunió una colección temática del concejo así como de Covadonga, además de periódicos locales y fotografías.

José Manuel González Castro, alcalde de Cangas de Onís, del PP, considera que para el concejo la exhibición de la colección es fundamental. El edificio de la casa de Frassinelli, en Corao, «está prácticamente acabado, a falta de rematarlo y darle los contenidos», explica.

«Que haya una sucursal del Museo de Bellas Artes en Corao me parece interesante e importante. El Ayuntamiento, al igual que el Principado, tiene problemas económicos, pero estaríamos dispuestos a colaborar en el mantenimiento. Para nosotros es una posibilidad única y tanto la colección como quien la lega están estrechamente vinculados a Cangas de Onís. Sería una gran oportunidad de mejorar la oferta cultural del concejo», declaró ayer a LA NUEVA. «Tenemos una oficina de turismo y personal, podríamos firmar un convenio y llegar a algún tipo de acuerdo», añade.

Fuentes de Cultura declararon, a través de una portavoz, que «estamos valorando las condiciones que se ofrecen, pero no hay tomada ninguna decisión».