Oviedo, Pablo ÁLVAREZ

La sanidad pública asturiana tendrá que apretarse el cinturón uno o dos agujeros más en 2013. El anteproyecto de presupuesto del Servicio de Salud del Principado (Sespa) desvelado ayer se sitúa en 1.422 millones de euros, una cifra sensiblemente inferior a los 1.471 millones de gasto previstos para este año, y más inferior aún a los aproximadamente 1.550 con los que se había cerrado 2011.

Sobre los citados números globales, el 52 por ciento del presupuesto total del año que viene será destinado a personal (en los ejercicios anteriores este concepto representaba en torno al 49 por ciento); el 28 por ciento a gasto corriente (su peso cae dos puntos porcentuales); y el 19 por ciento a medicamentos con receta (un punto menos que en el ejercicio precedente). Durante años, este último epígrafe absorbía el 25 por ciento del gasto, pero el descenso de la factura farmacéutica -derivada de la bajada del precio de las medicinas- es una de las principales vías de contención del gasto empleadas por los responsables del Sistema Nacional de Salud.

Del anteproyecto presentado ayer a los integrantes del Consejo de Salud se desprende que la principal fuente de ahorro en 2013 con relación al año en curso se centra en el capítulo de gasto en bienes corrientes y servicios, en el que se recortarán algo más de 42 millones de euros; en personal, el ajuste será de 2,5 millones (pasa de 734,7 a 732,1 millones); y los 4 millones restantes del tijeretazo se aplicarán en el epígrafe de gastos financieros.

Finalizada la reunión, Susana Pérez-Alonso, presidenta de la Asociación de Usuarios de la Sanidad Pública Asturiana (Asencro) y miembro del Consejo de Salud, tildó de «ilegalidad manifiesta» el procedimiento seguido por el Sespa, toda vez que «lo procedente es que los miembros del Consejo valoremos los datos y traslademos nuestra opinión al Sespa, no que el Sespa nos informe a nosotros». Pérez-Alonso agregó que esta dinámica exigiría «que la Administración nos envíe la documentación con suficiente antelación, condición que no cumplen».

«Es inaceptable que con las listas de espera disparadas, el Sespa no haya querido abordar en el encuentro de hoy [por ayer] la situación de la huelga de médicos», argumentó la presidenta de Asencro en alusión al conflicto que sufre la sanidad pública asturiana desde hace casi dos meses, y que se prolongará -si nadie lo remedia- doce días más a lo largo del presente mes de diciembre (la reanudación de los paros está prevista para mañana, miércoles).

Un conflicto que hoy vivirá un nuevo episodio con la reunión de la mesa sectorial de sanidad, en la que el Gobierno regional debatirá con los sindicatos el borrador de decreto con el que la Consejería de Sanidad quiere regular la jornada laboral en el ámbito sanitario. El objetivo de la Administración autonómica consiste en aplicar el aumento de jornada (de 35 a 37,5 horas semanales) impuesto por el Ejecutivo central, pero en el documento figuran una serie de contenidos adicionales que tienen en pie de guerra al Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) y que también puede tropezarse con reticencias de Comisiones Obreras y de Sicepa-Usipa.

El SIMPA difundió ayer un comunicado que preludia sin ambages que la reunión de hoy no será precisamente pacífica. A juicio de la organización médica, el Gobierno autonómico «impondrá por decreto la nueva jornada de los médicos del Servicio de Salud». El SIMPA subraya que el texto que hoy será negociado «cuenta con la oposición de los representantes de los facultativos», principalmente porque suprime el descanso de las mañanas subsiguientes a las guardias nocturnas.

«La convocatoria de la mesa sectorial de Sanidad supone más un lavado de imagen que una apuesta seria por el acuerdo», enfatiza el Sindicato Médico, cuyos dirigentes quieren dejar «meridianamente claro que su tramitación por decreto no sólo no pone fin al conflicto, sino que lo agudiza». Según el SIMPA, el proyecto de decreto «cercena los pocos avances conseguidos a lo largo de la negociación, por lo que será necesario volver al punto de partida». En lo tocante a la batalla cotidiana de la huelga, el Sindicato Médico denunció «represalias» del gerente del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), quien «castiga con la denegación de permisos a los facultativos de los servicios más activos de la huelga».

Entre tanto, el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, expresó su confianza en que los representantes del SIMPA acudan a la negociación con la disposición necesaria para alcanzar un acuerdo. Según Blanco, la nueva propuesta de decreto «recoge todas las cuestiones que hasta el momento se han ido debatiendo» con el Sindicato Médico.

Blanco: "Tenemos un plan para acortar las listas de espera"

El consejero de Sanidad, Faustino Blanco, afirmó ayer que su Departamento tiene «un plan de acción perfectamente definido» para atajar el aumento de las listas de espera derivado de la huelga que la sanidad pública asturiana sufre desde el pasado 8 de octubre.

Estas declaraciones del titular de Sanidad constituyen la réplica a la información facilitada por el Sindicato Médico de Asturias (SIMPA) y publicada ayer por este periódico, según la cual entre finales de septiembre y finales de octubre se cuadruplicó la cifra de asturianos que soportan demoras superiores a seis meses para operarse, al pasar de 338 a 1.351 pacientes.

«Estamos en un conflicto y las listas de espera lógicamente aumentan; ésa es una realidad que no responde a un déficit de gestión y, en todo caso, tenemos todos los mecanismos disponibles para resolver esa situación», indicó Blanco momentos antes del inicio de una reunión de trabajo que en Oviedo mantuvieron el consejero y su equipo con sus homólogos del País Vasco capitaneados por su titular de Sanidad, Rafael Bengoa.

En los próximos días se materializará el traspaso de poderes en el Gobierno vasco -consecuencia de las recientes elecciones ganadas por el PNV- y Bengoa se incorporará como asesor al equipo que llevará a efecto la reforma sanitaria en Estados Unidos auspiciada por el reelegido Presidente Barack Obama.

La reunión de ayer entre ambos equipos tenía como objetivo analizar una nueva estrategia «para afrontar el reto de la cronicidad», un elemento cada vez más relevante en las sociedades caracterizadas por las altas tasas de envejecimiento y la creciente longevidad. Las autoridades sanitarias de la región anunciaron su voluntad de abordar «la reforma integral de la atención a los pacientes crónicos como herramienta esencial para conseguir mayor eficiencia y colaborar con la sostenibilidad del sistema sanitario público asturiano». Entre los elementos centrales de este cambio figuran la potenciación de la salud pública y los hábitos de vida saludable, la mejora en la continuidad asistencial entre atención primaria y hospitalaria, una reducción de la medicalización de los pacientes basada en la evidencia científica y la mejora de los cuidados intermedios.

Preguntado por el modo de afrontar la reforma de la sanidad pública española con el fin de garantizar su viabilidad, el consejero vasco recomendó potenciar la atención en el propio domicilio y en la red de primaria, y reducir la presión sobre la asistencia hospitalaria.