«He aprendido que esta enfermedad no sólo se supera, sino que a lo largo de ella se aprende a mirar la vida de otra manera». Celia Gómez, gerente del Servicio de Salud del Principado (Sespa), compareció ayer ante los medios de comunicación para hacer público que hace una semana le fue diagnosticado un cáncer de mama. «En unos días comienzo el tratamiento», precisó.

Ayer mismo, Celia Gómez ya comenzó a ver la vida de otra manera: dando una rueda de prensa para hablar no de huelgas médicas ni de listas de espera, sino de sí misma, de una encrucijada vital que le llega cuando va a cumplir -el próximo mayo- 50 años. Una posición de protagonismo que «me causa pudor», según confesó durante su intervención, con la que seguramente ha querido exponer a las claras una información que, de otro modo, se habría convertido en dimes, diretes y rumorología variada.

En las semanas venideras la gerente del Sespa experimentará otro cambio de perspectiva nada menudo: algunos de los que hasta ahora eran sus subordinados se convertirán en los responsables de salvarle la vida. No alberga dudas: «Contamos con profesionales de alta cualificación, de gran profesionalidad, que cada día dedican su conocimiento y valía para tratar nuestros problemas de salud».

Ataviada con una pashmina de color rosa, acompañada en la mesa por el consejero de Sanidad, Faustino Blanco, y con la cúpula de la Consejería y del Sespa a muy corta distancia, Celia Gómez se mostró rotundamente optimista sobre el futuro inmediato: «Como tantas otras mujeres, conviviré con el tratamiento hasta que dentro de unos meses le hayamos ganado la batalla a la enfermedad». Palabras muy parecidas a las que el pasado 13 de septiembre pronunció Pilar Fernández Pardo, ex presidenta del Partido Popular de Gijón, al anunciar que padecía exactamente la misma enfermedad (en Asturias se diagnostican casi 800 casos al año).

La Consejería había convocado de urgencia a los informadores sin aclarar el contenido de la rueda de prensa. Sin embargo, en el mismo momento en el que hicieron acto de presencia en el salón de actos del Sespa el titular de Sanidad y todo su equipo ya se veía venir que el motivo era altamente singular. A Gómez la introdujo Faustino Blanco, quien sucintamente anticipó que su colaboradora iba a facilitar una información «personal y relevante». No exageraba.

Leonesa nacida en la localidad de Palacios del Sil, Celia Gómez González es licenciada en Económicas por la Universidad de Oviedo. Fue directora de personal del Hospital de Jove, de Gijón, y fuera de Asturias ha desempeñado diversas responsabilidades, entre ellas las de directora económica y de recursos de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía, delegada provincial de la Consejería de Salud en Granada y directora general de Planificación e Innovación Sanitaria del Gobierno andaluz. Desde junio del año pasado dirige el Sespa. Buena parte de su mandato ha estado marcado por el conflicto originado por la nueva regulación de la jornada laboral.

De carácter tranquilo, Celia Gómez dio lectura en menos de siete minutos a un texto de unas mil palabras. Hubo momentos de emoción y palabras entrecortadas. Elogió la solvencia del programa de detección precoz del cáncer de mama que funciona en Asturias desde 1991. Puso en relación su nueva etapa vital con el Día Internacional de la Mujer, que se celebrará el próximo 8 de marzo. «También en salud tenemos que hablar con rostro de mujer. Porque hay patologías, como el tumor de mama, que nos afecta, y de forma importante, en todo el mundo a las mujeres», subrayó. Admitió que, en adelante, «algunos días serán más difíciles», pese a lo cual confía en su «gran equipo, que hará que ni se noten las pequeñas ausencias que puedan producirse». Y se definió como una persona «afortunada» en lo relativo al apoyo -«todo el necesario»- que en situaciones de esta naturaleza prestan «la familia, los amigos y las amigas». No hubo preguntas. Estaba todo dicho.

«Está más fuerte que todos nosotros», resumía horas más tarde uno de sus compañeros de la Consejería.