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El legado de Margarita Salas vuelve a ver la luz

La científica asturiana recuperó el cuaderno con los protocolos de sus investigaciones con Severo Ochoa, depositado hace diez años en la caja fuerte del Instituto Cervantes

El legado de Margarita Salas vuelve a ver la luz

La investigadora y bióloga molecular Margarita Salas Felgueras (Canero, 1938) abrió este lunes el legado que depositó hace 10 años en la "Caja de las Letras", la cámara de la memoria del Instituto Cervantes: el primero de los cuadernos con las investigaciones genéticas que realizó en Nueva York bajo la tutela de su maestro, el premio Nobel de Medicina Severo Ochoa, en 1964. Un legado de más de 50 años que la científica, que durante el acto de ayer fue catalogada como "la Marie Curie española", quiere "volver a tocar y disfrutar".

La "Caja de la Letras" es una iniciativa de la institución para que figuras relevantes de la sociedad y la cultura españolas depositen un legado en una suerte de cápsula del tiempo que sólo se abrirá en la fecha que ellos elijan. Por lo general, los depositantes fijan esa fecha varios años en el futuro, para que se revele el contenido después de su muerte, pero Salas marcó una década de depósito.

El cuaderno se custodiaba, desde el 27 de febrero de 2008, en la caja fuerte 1568 de la "Caja de las Letras", inaugurada un año antes. En el acto de apertura, Salas estuvo acompañada por el director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet; el presidente de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, José Elguero Bertolini, y la presidenta del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la también asturiana, Rosa María Menéndez. Pero también estaba presente, siquiera en espíritu, Severo Ochoa, cuyo magisterio reivindicó Margarita Salas.

Pionera

El Nobel, afirmó la científica, fue además un maestro que la trató como persona, independientemente de su condición de mujer. "El principio de mi carrera comenzó con dificultad, había bastante discriminación por el hecho de ser mujer porque cuando yo empecé la tesis doctoral (1961) se pensaba que las mujeres no valíamos para hacer investigación, o sea que al principio sufrí bastante por este motivo", relató.

La científica asturiana es, a juicio de José Elguero Bertolini, la "Marie Curie" española, porque "como la científica francesa hizo en su país, Margarita Salas es una pionera que abrió muchos caminos a la mujer que en España estaban vetados para ellas". "Es una exageración, yo solo soy una investigadora", afirmó, azorada, la asturiana.

"Yo soy una investigadora que, evidentemente, fui la primera en muchas cosas, pero eso es todo. Y soy muy trabajadora, me apasiona la ciencia y por eso sigo adelante", añadió la científica asturiana, que es responsable del descubrimiento de la patente que más recursos aporta a la ciencia española: la de la enzima ADN Polimerasa, cuya importancia radica en que ha permitido multiplicar las posibilidades de observación del ADN, y que ha permitido al CSIC ingresar varios millones de euros en "royalties" desde 1989.

El director del Instituto Cervantes, Juan Manuel Bonet, insistió en que para la entidad ha sido un orgullo haber recibido el legado de la científica asturiana, y avanzó también que la institución inaugurará en primavera una exposición dedicada a la Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. Por su parte, Rosa María Menéndez destacó que Margarita Salas es un "ejemplo de rigor, honestidad y compromiso con la carrera científica".

La científica asturiana fue la primera mujer que dejó un legado en la "Caja de las Letras", que en aquel momento sólo contaba entonces con el legado de Francisco Ayala, Antonio Gamoneda, Antoni Tàpies y Carlos Edmundo de Ory. Actualmente, son 31 los legados que se custodian en la "Caja de las Letras".

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