Entrevista | Víctor Manuel Cantante, presenta nuevo disco "Víctor Manuel Sinfónico" y nueva gira

"Nunca pensé en dejar esto; las críticas van en el sueldo"

"Estos días me han felicitado por el premio 'Princesa' tres o cuatro veces; mismamente el otro día, cuando me estaban sacando sangre; es que a Serrat y a mí nos confunden mucho"

Víctor Manuel.

Víctor Manuel. / Sony Music

A. Rubiera

A. Rubiera

«Víctor Manuel Sinfónico» es el título del nuevo disco doble del cantante de Mieres. Un disco con sus temas más memorables, también con algunos de los más «asturianos», en el que Víctor Manuel canta acompañado de la Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias (OSPA y el Coro de la Fundación Princesa de Asturias. Se grabó en Gijón en el 2022 en el teatro de la Laboral, en un recital –en realidad fueron tres– que formó parte de su celebración de su 75 cumpleaños.

Y al disco le sigue ahora una gira sinfónica por España con paradas en el Teatro Real de Madrid, en el Palau de la Música, en el Teatro Romano de Mérida o en el Auditorio Miguel Ríos de Rivas Vacia Madrid –que es por donde empieza, el día 18–. Disco y gira, ni se sabe cuántas van, tienen de nuevo al veterano artista entretenido contando sus planes por todos los medios informativos españoles. Empieza la conversación en tono sosegado. La acaba con cagamentos, en un asturiano universal y haciendo gala de un genio que debe ser difícil de embridar.

–Se le están juntado muchas celebraciones, ¿no? 75 años, gira sinfónica, legado en la Caja de las Letras, Medallas de Oro a las Bellas Artes… Si viene de esas familias donde se celebra todo no darán abasto.

–No, qué va, en mi casa no celebrábamos nada de eso... Pero se dan las circunstancias, te dan premios y te da mucha alegría. Algunos vienen, creo, por la edad. Algo así como «llegaste hasta aquí, y ya te toca». En todo caso no deja de prestarme mucho. No es una cosa banal que se acuerden de ti.

–¿Llega un momento en que no hay que perder la oportunidad de celebrar?

–Sí, sobre todo por estar vivu. Eso es lo más importante: celebrar que estás vivu.

–Y, a tenor de los proyectos que aborda, con vitalidad.

–Préstame mucho seguir activo a estos años. A esta edad mi güelu ya había muerto haz no sé cuántos años. Y mi padre, y mucha gente que me precedió. Estar vivu, activu, estar bien y poder defenderme en esto que hago es maravilloso.

Cuando canto con orquesta y coro me gano al público por aplastamiento

–¿Cómo de diferente encara la gira sinfónica que empieza y lo que hizo hace 25 años, sus primeros conciertos con coro y orquesta, que es de donde salió este proyecto?

–Lo que hice hace 25 años no fue propiamente una gira sino una actuación en Gijón, también con la OSPA y el Coro de la Fundación Príncipe de Asturias, en el Palacio de Deportes; y otra luego en el teatro Jovellanos. Plantear una gira sinfónica es algo muy complicado porque las orquestas no tienen esa disposición. Son formaciones que tienen programados sus conciertos y su trabajo con años por delante. Así que es imposible que tú puedas preparar una gira con una misma orquesta. Así que lo que hemos hecho ahora es idearla con distintas orquestas. Por ejemplo, canto en Valladolid y Burgos con la Orquesta Joven de Valladolid, en Málaga y Sevilla con Filarmonía de Málaga... y así hemos ido aproximado fechas y buscando a una orquesta que me acompañe. Esto ye más complicado que cantar un par de veces con la OSPA.

–Siendo un cantante solista, lo de llevar orquesta y coro debe ser otro mundo.

–No tiene nada que ver con lo que estás acostumbrado a hacer. Y para el público tampoco. Cuando metimos en el WiZinc en Madrid a la OSPA y al Coro la gente empezó a aplaudir pero por aplastamiento. Cuando abrieron la boca y empezaron a sonar los instrumentos de esos 130 músicos, aquello se caía. Ye una experiencia completamente diferente. Hay que tener en cuenta que muchísima gente que va a verme no ha ido a un concierto sinfónico nunca, y no sabe cómo de impresionante es eso en circunstancias normales. Y si van a ver al cantante que les gusta, con las canciones que quieren oír... y ven eso tratado de forma distinta, con arreglos cuidados y todo, pues se disfruta muchísimo.

–Precisamente en este doble CD están sus canciones de siempre con muchos arreglos. Entre ellos los de su hijo. ¿Cómo lleva que le revisen los de casa?

–Cuando le propusimos el concierto a Amargós (Joan Albert Amargós, director de orquesta) y le dije que quería canciones nuevas, que si me hacía los arreglos, él me dijo que por qué no se lo encargaba a David. Hizo cinco arreglos y me ha hecho cosas preciosas. David es el crítico más feroz que tengo de cualquier cosa que yo haga, no deja pasar ninguna y eso a mí me conviene.

David es el crítico más feroz que tengo de cualquier cosa que yo haga, no deja pasar ninguna y eso a mí me conviene

–Creo que, en realidad, hasta su nieto le hace arreglos y puntualizaciones musicales.

–Sí, sí, mi nieto es una especie de inquisidor que siempre te está corrigiendo. Por ejemplo: si quito una de las estrofas de «Cuélebre» y está él delante, se mosquea. ¿Por qué no has cantado esto?_o ¿por qué dices esto y no lo otro? Tiene 10 años, pero desde que tenía cinco ya me marcaba muy estrechamente.

–¿Por qué tiene la impresión de que canta mejor ahora que hace 30 años?

–Porque es verdad. Primero, porque he aprendido. Y también porque desde hace muchos años tenemos unos auriculares especiales que te ayudan a matizar mejor, a controlar mejor la voz, a cansarte menos, a romper menos la voz. Trabajamos muchos años con equipos deficientes que hacían que si cantabas un día mucho, al día siguiente estabas para el arrastre. Todo eso ha mejorado mucho y, lo dicho, uno aunque sea mayor también sigue aprendiendo.

–Y tanto... a su casa ha llegado el pop coreano a través de su nieta.

–Sí, tengo que decir en su descargo que también le gusta mucho Taylor Swift. Del pop coreano le gustan los chicos, sobre todo, que son muy guapos y parecen de plástico. Y de Swift le gusta ese empoderamiento que tiene ella, que parece que va a comerse el mundo al bocado siguiente. Eso, a parte de su talento como música y compositora.

A mi nieta le gusta el pop coreano y en su descargo, también le gusta mucho Taylor Swift

–¿A Víctor Manuel también le gusta?

–Sí, me gusta mucho el trabajo que hace. Pero bueno, cuando eres más veterano y has escuchado mucha música, eres más escogido. De joven te gusta todo del ídolo que tengas.

–Hace 60 años que vive en Madrid. Muchos más de los que vivió en Asturias. Pero nunca ha dejado de ser un cantante con una filiación regional enorme.

–Sí. Total. En Madrid me pasa constantemente que me pregunten por Asturias. Ayer mismo me preguntaron que qué tal por Asturias. Y yo tengo que decir que creo que bien, pero que yo no vivo en Asturias. Supongo que será por la personalidad de las primeras canciones.

–¿Ya se ha explicado por qué ‘Asturias’ ha logrado ser una canción que se tararea en toda España?

–Siempre me llamó la atención. Y en España, vale, pero que te vayas a Punta Arenas, al sur de Chile y la gente se emocione con ella, me sorprende más. Yo creo que la canción tiene algo dentro, un nervio, algo telúrico, que hace que le mueva el corazón a la gente. Es cosa de un buen texto, que hace el milagro, y que encontré la música adecuada.

–Serrat, premio «Princesa». ¿Se le adelantó Antonio Gutiérrez pidiendo el galardón?

–La verdad es que esta vez no me pidieron la firma, pero otras veces sí. Y por supuesto he firmado siempre porque creo que se lo merece más que nadie. Es curioso porque a Juan y a mí nos confunden muy a menudo. Estos días me han felicitado por el premio tres o cuatro veces. Mismamente el otro día, cuando me estaban sacando sangre:_«Felicidades por el Premio Princesa». Ayer mismo se lo conté a Juan y nos reíamos.

Las canciones fueron importantes para la transición, pero lo importante fue la voluntad de este país de pasar página y pasar a otra pantalla

–Decía el promotor del galardón, el exsecretario general del CCOO, que en Serrat se quería reconocer cuánto hizo la musica por la democracia en España. Que muchos cantautores, y le incluía, no fueron actores secundarios ni mucho menos en ese proceso.

–Visto en la distancia yo creo que le dais más importancia de la que tuvo. Recuerdo el entierro de Pasionaria, saliendo solemnemente y sonando ‘sí veremos a Dolores caminar las calles de Madrid'; y lo que te dan son ganas de llorar, no de pensar en la trascendencia de ese momento. Viviéndolo en presente lo que veías es que las canciones podían ser útiles para hacer la transición que hicimos. Y el reconocimiento que nos hace Antonio es maravilloso, pero así en la distancia créome les coses menos de lo que se ven desde fuera. Las canciones fueron importantes, pero lo importante fue la voluntad de este país de pasar página y pasar a otra pantalla. Mucho más que cualquier canción que nosotros hubiéramos hecho.

-¿Si empezase ahora, de qué escribiría y a qué le cantaría?

-Trataría, como siempre, que la realidad que me rodea entrara en las canciones. Lo que pasa es que en algunas cosas avanzamos tan poco… Esta última tanda de conciertos los he estado cerrando con “Esto no es una canción”, de 1982, que dice “aquí cabemos todos, o no cabe ni dios”. Parece mentira que a estas alturas tengamos que estar diciendo estas cosas. Pero así es. En algunas cosas aprendemos muy rápido y en otras tardamos mucho en entender la realidad de lo que nos pasa.

Que Biden, que tiene la autoridad total sobre Israel, no sea capaz de parar la guerra te dice cómo está el mundo; hay que cogerlo con papel de fumar

-¿Le preocupa más el contexto nacional o el internacional?

-Los dos son muy insatisfactorios. Que alguien pueda decidir invadir un país y quedarse con un trozo, a estas alturas, existiendo la ONU y otros los organismos internacionales... es increíble. En realidad te das cuenta que no sirven absolutamente para nada, porque hay países con derecho de veto y no se tocan. Es muy frustrante todo eso. O que Biden, que tiene la autoridad total sobre Israel, no sea capaz de parar la guerra te dice cómo está el mundo. Hay que cogerlo con papel de fumar. O la posibilidad de que Trump sea presidente de nuevo. ¿Qué nos pasa? Algo nos pasa que está fuera del espacio, del tiempo y sobre todo de la sociedad. Una sociedad que yo creo que no es así. Cada uno tiene derecho a votar lo que quiera y a pegarse un tiro en el pie si quiere. Pero te sorprende. Y te sorprende que con la información que tenemos, continua, sigamos creyendo a brujos, profetas y gente muy extraña por ahí.

-Sabe bien lo que es estar muchas veces en el disparadero. ¿Alguna vez necesitó días de reflexión?

-Nunca. Nunca pensé en dejar esto. Eso va en el sueldo. Ya sé que no gusto a todo el mundo, pero eso lo supe desde que empecé a cantar. Y también sé que cada uno tiene derecho a expresar su opinión y decir lo que le parezco. Yo solo me sentí agredido una vez en mi vida, en 1972, hablo de la noche de los tiempos, cuando una información absolutamente hija de puta en un periódico nacional nos sacó de circulación a Ana y a mí y nos tuvimos que quedar en México seis meses, porque no podíamos regresar a España. Ahí me sentí fuera de la circulación y absolutamente impotente. Que esa prensa de mierda que había entonces se reproduzca ahora, en muchos aspectos, disparadon indiscriminadamente a quien sea, sea artista o presidente.... es tremendo. De alguna manera la sociedad tiene que pelear contra eso, contra la desinformación.

-¿Entendió lo que hizo el Presidente Sánchez?

-Sí, lo entiendo, pero nunca pensé que se iba. Joer, un tío que es capaz de que le echen del partido, de volver a meterse y convertirse en presidente del Gobierno, ese es indestructible.  

Suscríbete para seguir leyendo