Festival de Cannes (día 2): Almodóvar, el Ámsterdam de la Ocupación y el nuevo terror francés

El western del manchego "Extraña forma de vida" puede ser el primer corto que consiga ingresos en taquilla normalmente reservados a largometrajes

El director Hirokazu Kore-eda con el elenco de su película, ayer en Cannes.

El director Hirokazu Kore-eda con el elenco de su película, ayer en Cannes. / GUILLAUME HORCAJUELO

Pablo Álvarez-Hornia

Pablo Álvarez-Hornia

La segunda jornada del festival de cine de Cannes ha venido protagonizada por el solicitadísimo estreno de Extraña forma de vida de Pedro Almodóvar, un western melodramático que reúne a Ethan Hawke y Pedro Pascal. Vistos los planes de distribución que ya tiene trazados, no cuesta imaginar que pueda acabar por convertirse en el primer cortometraje en conseguir el tipo de ingresos en taquilla normalmente reservados a (algunos) largometrajes.  

Menos movimiento ha generado Occupied City, un original documental de Steve McQueen (Shame, 12 Años de Esclavitud) que recorre edificio a edificio y persona a persona cada rincón del Ámsterdam moderno en que vive el director, yuxtaponiendo imágenes del reciente confinamiento o las reacciones a la guerra en Ucrania con una voz en off que detalla centenares de casos de secuestros, asesinatos y otros sucesos documentados durante la etapa de la ocupación nazi. Durante las amplias cuatro horas que dura la película, McQueen mantiene una rigurosa invariabilidad —no se recurre a imágenes de archivo, ni se altera en lo más mínimo la estructura con que la voz va presentando los casos—, resultando en una abrumadora cantidad de información sobre las ramificaciones que el pasado de la ciudad imprime sobre su configuración actual.

 Por la noche se ha producido la cita anual del festival con uno de sus nombres más recurrentes de los últimos años (siete veces en competición, nada menos): el japonés Hirokazu Kore-eda, que rompe con muchos de los patrones habituales de su cine de los últimos años (empezando por rehacer su equipo habitual de colaboradores coreanos). Fuera de competición, la francesa Le Règne Animal de Thomas Cailley ha abierto la sección Un certain regard con una propuesta heredera de Cronenberg, a medio camino entre la comedia y ese terror visceral que ha dado en llamarse cine del nuevo extremismo francés desde los noventa.

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