"Entiendo que el partido tenga su morbo, pero yo no lo veo así". El partido de Abelardo se juega en el campo, no en los banquillos. El entrenador rojiblanco evita añadir ruido al regreso a El Molinón de José Ramón Sandoval, el técnico al que sucedió en el cargo. Lo hace en un momento en el que la situación del madrileño no es la mejor posible, ya que vuelve a Gijón como colista de la categoría y con la urgencia de lograr una victoria que evite poner en peligro su puesto. "Espero no ser el verdugo de Sandoval", afirma el Pitu, para quien lo verdaderamente importante es continuar lejos de la zona de descenso. "Lo único que quiero es ganar al Granada porque para nosotros es un rival directo", subraya.

No entiende de revanchas, o al menos, no ve ninguna necesidad para ello a la hora de valorar la próxima llegada del Granada de Sandoval a El Molinón. Abelardo se mantiene al margen de todo aquello que no tenga que ver con lo estrictamente deportivo y también incluye a sus jugadores. Le mencionan los casos de Sergio, que en un principio no entró en los planes del de Humanes, para luego convertirse en un fijo, o Jony, con la excusa de que el cangués no tuvo la oportunidad de subir al primer equipo con el madrileño. "Los futbolistas del Sporting tienen que demostrarme cosas a mí, que soy su entrenador y el que los va a poner, no demostrárselas a Sandoval", afirma.

El enfrentamiento ante el Granada todavía queda lejos en la mente de Abelardo. El técnico prefiere hacer balance aprovechando el parón liguero y los tres días de descanso que ha concedido a la plantilla. "La última victoria nos permite estar más tranquilos, por estar fuera de descenso, aunque hubiera preferido que este fin de semana hubiera competición", señala. Saborea los ocho puntos conseguidos en las siete jornadas disputadas, sin caer en la complacencia. "Los resultados pudieron ser mejores. Creo que podíamos tener ahora más puntos", apunta.

Otro de los lados positivos del inicio liguero del Sporting se encuentra en el buen fútbol desplegado por los rojiblancos. "El equipo está jugando mejor que el año pasado, en cuanto a posesión, a tener más pausa en las acciones de ataque", admite el Pitu. Vincula este hecho a la progresión de su joven plantilla, a quien otorga todo el mérito más allá que fuera algo buscado desde el banquillo. "Yo tampoco tengo una varita mágica. De todas formas, la pasada campaña, en la segunda vuelta, ya se empezó a ver un muy buen juego", concreta. Ve a los suyos en continuo crecimiento, aunque espera más de jugadores como Halilovic. "Tiene que ser más constante a lo largo de los noventa minutos, pero es normal, es un niño y está por hacer", explica.

Abelardo desvela que Del Bosque "me habló maravillas" de su Sporting el pasado lunes, cuando coincidieron en Madrid, con motivo del premio que el gijonés recibió por ser el mejor técnico de Segunda el año pasado. Al mismo tiempo admite su ilusión porque alguno de sus futbolistas llegue a la selección. "¿Por qué no? Claro que puede haber un jugador en la selección a corto o medio plazo", destaca. Admite cierta preocupación respecto al futuro de los miembros de la plantilla que acaban contrato. "Lo ideal es que se resolvieran todas las renovaciones antes de diciembre, y creo que se resolverá alguna, pero no depende de mí. Ya lo vivimos el año pasado y no creo que nos vaya ahora a afectar", sentencia. Por último, valorará el martes la situación de los lesionados Cuéllar, Castro y Nacho Cases. Este último arrastra problemas de rodilla, motivo por el que ha alternado su aparición en el once.