El cambio de actitud de Ndi se inició en una de sus últimas presencias en la selección absoluta de Camerún. Los compañeros de vestuario del rojiblanco conocían la tensa situación que vivía en el Sporting y la relación que mantenía con Olivier Noah, su representante hasta hace unas semanas. Chedjou, jugador del Galatasaray y uno de los veteranos del combinado africano, se convirtió en su mejor consejero. Los padres de los dos jugadores comparten, además, una gran amistad, lo que añadió motivos para el acercamiento. Chedjou le invitó a romper con su agente, le ofreció la alternativa de un intermediario francés que trabaja para él y le mostró la necesidad de dar un giro a su situación. El Ndi que volvió a Gijón era ya distinto al que se fue, y no sólo por su nuevo corte de pelo.

Nico Rodríguez había intentado, el pasado verano, reconducir la situación de Ndi. La idea del director deportivo rojiblanco era poder acercas posturas entre el vestuario y el futbolista. La negativa del camerunés a pedir disculpas dio al traste con todo. Ndi fue más allá y volvió a ausentarse de los entrenamientos, sin aportar una sólida justificación, tras ser convocado con su selección. Fue similar a la que protagonizó la pasada campaña y terminó de la misma forma: apertura de expediente disciplinario e indicación de entrenarse con el Sporting B. La conversación con su compatriota Chedjou pareció entonces hacerle analizar, con mayor profundidad, lo que le sucedía. Ndi ha explicado a Abelardo y a sus compañeros que Olivier Noah le engañó, que pide perdón, y que está arrepentido.