El Sporting pasó treinta minutos de la tarde de ayer fuera de los puestos de descenso. Fue el tiempo transcurrido entre el gol de Sergio y el de Scepovic. En esos minutos, los rojiblancos aventajaban en tres puntos a Getafe y Rayo Vallecano. De haber terminado así el encuentro, les hubiera bastado con empatar ante el Villarreal o que sus rivales no ganasen en la última jornada para haber certificado la permanencia. Durante cinco minutos, el Sporting llegó a superar también al Granada. Fue el tiempo que pasó entre el bonito gol de tacón del canterano del Sevilla Diego González y el cabezazo de Babin que volvió a poner por delante a los granadinos. Un minuto después llegó otro cabezazo, el de Stefan, que hizo añicos las cuentas que ya había sacado todo el sportinguismo.

El de ayer fue un partido de mucho sufrimiento para la afición del Sporting. La angustia se multiplicó con la expulsión de Nacho Cases que se produjo seis minutos después del gol de Sergio. Un minuto después de que Scepovic hubiera saltado al césped.

El Sporting no le perdió la cara al partido ni antes ni después del gol del serbio. Tampoco después de la expulsión de Nacho Cases, que obligó a Abelardo a sacrificar a Carmona, un futbolista de ataque y formar a sus futbolistas con un 4-4-1. El Sporting buscó entonces el contragolpe con peligro y llegó a asustar al Getafe. En esta fase llegaron las mejores ocasiones de los rojiblancos. Las tuvieron Jony e Isma López. Futbolistas y aficionados sabían que un gol, un sólo gol, volvería a cambiarlo todo y acercaría al Sporting a la gloria de la permanencia.