"Mucho Betis, mucho Betis" se escuchaba durante y a la salida del partido en cada puerta de El Molinón. La fiesta por el Sporting no hizo olvidar que "los hermanos" béticos habían echado una mano para lograr el ansiado objetivo. Quizás por eso se vio el estadio de lo más verdiblanco. La victoria pasaba por dos partidos.

Alberto Rodríguez y Silvia López llegaron al estadio combinando el rojiblanco con los colores del Betis. "Estamos contentos, teníamos miedo con el 1-0 pero cuando metimos el segundo gol ya nos relajamos mucho. Nos vino muy bien marcar tan pronto y luego, hay que reconocer que el Villarreal no hizo aquí su mejor partido de la temporada", valoró Alberto.

Por esa dualidad cromática también optaron en su vestimenta Jorge Braga, Fernando González y Eduardo Cubiles que, con una camiseta del Betis enfundada, se congraciaban por el favor que ha hecho al Sporting. El Molinón se vistió de verdiblanco y ese atuendo más la garra derrochada volaron hasta Sevilla para alentar al Betis que se impuso al Getafe. Las televisiones del exterior permitieron a los allí presentes escuchar como, tras el primer gol de Jony, el Benito Villamarín coreaba colmado de felicidad "Sporting, Sporting" al saber que volver al fútbol a Gijón estaba mucho más cerca. Incluso, la afición de la ciudad del Guadalquivir mostraba a los aficionados del Getafe el camino del descenso. "A segunda", les espetaron los béticos.

Hasta el gol de los verdiblancos que acercó el sueño todos los presentes, dentro y fuera de El Molinón, estaban hechos un manojo de nervios. La tónica general de esta afición sportinguista que vivió cada jornada con el corazón en un puño. "Estuvimos en Getafe la semana pasado y lo pasamos mal pero hoy mucho peor. El Betis tardó en marcar y nos lo hizo pasar mal pero ha merecido la pena el sufrimiento" resumían apenas sin voz de tanto animar Vanesa Gómez y Sandra Torrecilla mientras brindaban por la permanencia.

El beticismo se sintió muy fuerte en Gijón sin lugar a dudas. "No estoy contento, estoy más. Sabíamos que lo íbamos a conseguir. Por nosotros lo tenía claro y por eso bajé de casa, ya desde por la mañana, con la bandera del Betis, porque sabía que iban a cumplir también", resuelve Alberto Manuel González a su salida del estadio con dos enormes banderas, una del Sporting y otra del Betis.

El jolgorio no entendió de edades. Los veteranos disfrutaron como niños de la permanencia y los niños como si socios de toda la vida se tratase. El colorido, los cánticos y los goles despertaron e iluminaron en sus semblantes el rostro más definitorio de la felicidad. "Somos de Primera, sabía que nos quedábamos en primera" aseguraron los hermanos Dani y Lucía Batós de cinco y tres años. "Jony es mi jugador preferido", confesaba Alex Aguirre, de cinco años, mientras abandonaba El Molinón sobre los hombros de su padre, Guille que reconoció su falta de fe antes del encuentro. "No contaba con salvarnos pero gracias al Betis y a que el Villarreal no jugó esta tarde lo hemos conseguido", valoró.

En pareja, en soledad o en grupo. Solteros, casados o comprometido o en busca de pareja. Cualquier estado civil servía. El único carné necesario para sumarse a la fiesta era el del Sporting. Un distintivo que desde hace años presumen tener Conchi García, Tere Pérez, Marisa Robisco, Manuela Ramos, Araceli Álvarez y la joven de tres años Alba Cocaña. "Lo merecíamos por esta afición que tenemos que no ha fallado en ningún momento a lo largo de la temporada", aportaba Manuela Ramos.