La eterna duda es si es mejor un buen once o una buena plantilla. Una alineación ideal perfecta, sin jugadores de garantías en el banquillo. O 22 jugadores de gran nivel, sin que nadie tenga garantizado el puesto de titular, aunque de mano no exista una alineación ideal tan potente. Es una de las incógnitas de muchos entrenadores para afrontar una temporada larga, con contratiempos, lesiones, sanciones y un calendario excesivamente cargada de partidos. En el caso del Sporting, en la votación para el once histórico ideal, la otra alineación, la de los otros once con más votos, el resultado sería casi el mismo que el inicial: un Sporting de garantías para aspirar a todo.

Bajo las órdenes de Novoa, la alineación la integrarían Jesús Castro; Uría, Jiménez, Alonso Miluca, Esteban; Ciriaco Cano, Tati Valdés, Lediakhov; Churruca, Morán y Juanele.

Entre el centenar de encuestados por LA NUEVA ESPAÑA entre aficionados, periodistas, directivos, entrenadores, exjugadores y personas vinculadas al Sporting, el once ideal, dirigido por Vicente Miera, lo componían Ablanedo; Redondo, Maceda, Abelardo, Cundi; Joaquín, Luis Enrique, Mesa; Villa, Quni y Ferrero. Pero los once suplentes de lujo también recibieron un gran apoyo y tuvieron un gran respaldo de votos, como el caso de Jiménez, con 36, a solo dos de Redondo; Uría y Ciriaco, que con 31 y 29 votos, se quedaron muy cerca de los 38 de Luis Enrique.

El entrenador sería José Manuel Díaz Novoa, que tuvo 14 votos, lejos de los 50 de Vicente Miera, pero que también tuvo un amplio reconocimiento a sus diferentes etapas en el Sporting. La primera fue la 1979-1980 y la segunda al término de la 1981-1982, en ambas en sustitución de Vicente Miera. Su periodo más largo en Gijón abarcó de 1984 a 1988. Y aún tuvo otros dos pasos en la década de los noventa.

La portería la ocuparía en este otro once de lujo Jesús Castro, portero de 1967 a 1985, y un fijo hasta la entrada de Ablanedo. Vivió los años del sbucampeonato de Liga y las finales de Copa del Rey.

En la defensa entraría Uría de lateral derecho, aunque fue un jugador polivalente que también actuó en el centro del campo e incluso de atacante. Uría estuvo en Gijón desde 1977 a 1983, tras su paso por el Oviedo y el Madrid. En el eje de la zaga estaría Jiménez, que vivió los años europeos del Sporting entre 1979 y 1992, y que formó parte de la época dorada, y a su lado jugaría Alonso Miluca, una referencia de la década de los sesenta. La defensa la completa Esteban, que en la década de los ochenta destacó por su polivalencia y trabajo en la banda izquierda tanto de lateral como de interior.

Ciriaco Cano se hace un hueco en el centro del campo, con Tati Valdés y Lediakhov. Tres jugadores de tres generaciones distintas, aunque los dos primeros coincidieron en los setenta. Y la delantera Churruca y Morán, compañeros de Quini y Ferrero en los años dorados, compartirían el ataque con Juanele, que despuntó a principios de los noventa, dejó huella en su corto paso por el Sporting y que cuajó su gran carrera en el Tenerife y el Zaragoza.