"Salimos dormidos y contra estos equipos, si perdonas o les das facilidades, te golean". Enrique Castro, Quini, asume que el Sporting estuvo lejos de su mejor versión en el Vicente Calderón. El Brujo, de visita ayer en la capital de España, donde participó en el acto enmarcado dentro de la Semana Europea de Cáncer de Cabeza y Cuello (EHNS) que tuvo lugar en un restaurante madrileño, dio la cara por el club rojiblanco y dejó claro que el nivel de los de Abelardo está muy por encima de lo visto ante el Atlético de Madrid. "Estamos muy ilusionados. Esperamos no pasar los apuros de la temporada pasada, creo que tenemos equipo para estar mucho más cómodos", subrayó el ahora relaciones institucionales del Sporting.

"A nadie le gusta perder por 5-0, pero nos ha faltado agresividad, chispa en el campo. El Sporting no fue el del resto de los partido", admitió Quini cuando se le fue cuestionado sobre el partido de la pasada jornada. "Cuando nos dimos cuenta de entrar en el partido ya llevábamos un 2-0, y contra un equipo como el Atlético con la calidad que tiene, cuesta mucho más", agregó.

La crítica del mito rojiblanco fue un poco más allá. "No tenemos queja del equipo, pero no es normal que haya salido como salió en el campo del Atlético, eso nos tiene que hacer pensar que no se puede salir de esa forma, así te puede pintar la cara cualquiera", admitió.

El Brujo considera que hay que pasar página cuanto antes y ve en Balaídos una oportunidad para que la forma en la que llegó la primera derrota de la temporada se quede en anécdota. "Ahora vamos a Vigo, a esperar que el equipo demuestre lo mismo de los tres primeros partidos de Liga", añadió Quini, que se mostró seguro de que hay mimbres esta campaña para evitar que haya que esperar hasta la última jornada para conseguir la permanencia.

Quini también habló durante el acto de cómo superó un cáncer de garganta diagnosticado en 2006, dolencia que se calcula que en España afecta a unas 11.000 personas cada año. "Me empezó a salir como un pelo atravesado en la garganta y no se me quitaba. Un especialista me dijo que había que quitarlo lo antes posible. Lo que menos pensaba es que la infección sería de un cáncer. Después, tuve que estar enganchado a una máquina en un hospital en Barcelona durante 33 semanas, donde me operaron y gracias a Dios estoy aquí", explicó. No dudó en recordar que "cualquier síntoma por poco que sea, merece la pena ir al médico. Cogiéndolo a tiempo, la mayoría de los cánceres son curables.